El pasado mes de marzo Roger Federer anunció un paréntesis en la temporada, esta vez por mera gestión del calendario. “Seguramente no me veáis hasta Roland Garros”. Finalmente, ni en París se presentó el suizo, que firmó su mejor inicio de curso tras encadenar Australia, Indian Wells y Miami como ya hiciera en 2006. Su regreso a las pistas se ha producido este miércoles, sobre su superficie idílica: la hierba. Stuttgart, que presumía de contar con el helvético, ha perdido a su estrella a las primeras de cambio, después de que este cediera en tres mangas (6-2, 6-7 y 4-6) frente a un histórico como Tommy Haas.
Era un partido especial, en la última década nunca en una pista se habían aunado dos protagonistas que juntos alcanzaban la cifra de 74 años. Dos hombres que han resistido al empuje de varias generaciones. Sin embargo, las quinielas no mostraban ningún tipo de duda. Sin embargo, y pese a empezar por delante, el suizo no ha encontrado acierto en ese juego agresivo y lanzado que ha exhibido en este 2017. Lo más llamativo, en cambio, reside en el ranking que ostenta el alemán, que ahora mismo figura en el lugar 302.
Más curioso aún resulta que esta temporada, en 21 envites disputados, Federer tan sólo sume dos derrotas, y ambas sean ante jugadores más allá del Top 100. La otra se produjo en el ATP 500 de Dubái, donde cedió de forma inesperada ante Donskoy en una jornada aciaga. Un dato que puesto en contexto adquiere una mayor importancia, ya que esto se acerca a un récord negativo en la carrera de Federer. Solo en 1999 ha cedido más de dos partidos en una temporada ante jugadores más allá de Top 100, aunque en otros cursos sí igualó las dos derrotas.
En 2013 cedió frente a Delbonis (114) en Hamburgo y ante Stakhobsky (116) en Wimbledon. Para encontrar los otros precedentes hay que retroceder hasta sus inicios en el circuito. En 2002 cedió frente a Stepanek en Gstaad y Mario Ancic en Wimbledon. Antes, en el 2000, le sucedió lo propio ante Sekulov en Indianápolis y Bruguera en Barcelona. En todos estos años se acercó a un récord negativo que este curso, al que aún le quedan seis meses, puede igualar e incluso superar.
Ese registro para el olvido se produjo cuando tan solo tenía diecisiete años. En 1999 cedió ante Clement (103) en Marsella, Carlsen (106) en Miami y Phau (407) en Washington. Esto, sin añadir las que acumuló en torneos de categoría Challenger. Federer se acerca al peor registro de su historia dieciocho años después, aunque parece coincidencia tras vislumbrar el excelso juego que ha ejercido sobre la pista este curso.
Alberto Puente