El segundo combate del siglo, o el de los ‘mil millones’, no importa el titular. Tampoco interesó hace dos años en una pelea cuyas dimensiones entonces parecían irrepetibles. No ha sido así, y de nuevo un ring generará una cantidad desproporcionada de dinero. El factor común en ambas citas es un hombre cuyo éxito deportivo está ligado al dinero: Mayweather. Lo único que cambia es su adversario, que para hacer más complejo el reto de batir por primera vez al estadounidense tendrá que adaptarse a las reglas de un deporte que no practica. Lo suyo son las artes marciales mixtas, pero esa batalla ya la ha perdido.
Todo apunta a que también cederá sobre el cuadrilatero, por su nula experiencia y por la entidad de su oponente, vencedor en los 49 duelos que ha disputado. Mayweather ha tumbado a más oponentes (26) por ‘nocaut’ que por la decisión de los jueces. Quizás por ello el ex campeón del mundo Mike Tyson apueste por un asesinato a McGregor. La estrategia del irlandés de presentarse como una víctima, en cambio, no ha dado resultado a los ojos del estadounidense, que se muestra incrédulo ante los vídeos exhibidos por su rival, en los que aparece derrotado por su sparring. A su modo, son dos hombres que han gestado una leyenda en diferentes disciplinas. Ese es el principal atractivo de un combate en el que más allá del orgullo no hay nada en juego.
El dinero, el factor más determinante, lo tienen ambos asegurados. Eso sí, en porcentajes desiguales, que se sitúan en torno a un 70-30 en favor de Mayweather. De ninguna otra manera iba a poner en riesgo su condición de invicto. Y es que el estadounidense se siente instigado por los billetes. El 2 de mayo de 2016 cerró el mejor año de un deportista a nivel económico tras embolsarse 106 millones. Desbancó a Tiger Woods en 2008, con la única diferencia de que su jornada laboral, en lugar de ser anual, se redujo a un solo día. El próximo 26 de agosto se embolsará una cuantiosa cifra, pero el combate generará menos que el último. Esa es ya la primera derrota en la historia del estadounidense.
El próximo enfrentamiento superará al anterior en ‘merchandising’, patrocinios y sobre todo en el pago por visión, donde en lugar de Filipinas serán muchos europeos los que sigan a McGregor. Sin embargo, cederá en dos asaltos por una mayor diferencia. Una derrota en los puntos.
El primer aspecto donde flojea en el duelo directo es en la venta de entradas. El Mayweather vs Pacquiao generó 79,1 millones de dólares con los asistentes al MGM Arena, que desembolsaron un promedio de 4.451 dólares cada uno, según apunta el diario ESPN. En el nuevo Grand Garden Arena de Las Vegas, con capacidad para 3.000 espectadores menos, se esperan unas ganancias dos millones inferiores. La intrascendencia del combate a nivel de evento deportivo, sin ningún título en juego, ha propiciado que las entradas sean, de media, unos 850 euros más baratas.
El factor más diferencial se producirá en las casas de apuestas. En el duelo de 2015 se estima que dentro de la sección “otros” en la que se encuentra el boxeo, un total de 70 millones de dólares fueron a parar a este combate. Entonces, era difícil predecir un vencedor entre dos consumados expertos del boxeo. Con McGregor en una disciplina que no es la suya, el guion se revierte y de qué manera. Mayweather llegó a pagarse 25 a 1 (ahora 5 a 1), y apostar a su favor solo tiene sentido poniendo en riesgo una elevada cantidad de dinero. Es por eso, y la intrascendencia del duelo, que este nuevo envite no vaya alcanzar siquiera la mitad (30 millones de euros).
A nivel global, y según señala ESPN, el combate entre Mayweather y Pacquiao generó 623,5 millones de euros, por los 606,1 que se espera que produzca el Mayweather vs McGregor. El hombre del dinero vuelve a desatar las bancas, pero se queda sin récord.
Alberto Puente