Rafa Nadal no cree en las supersticiones. El mallorquín volvió a vestir el amarillo, un color que ya le trajo buena suerte en 2013 cuando, en este mismo torneo, comenzó el andar arrollador que lo llevó por tercera vez al trono del ranking ATP.
El español aplastó con solvencia a un joven Coric que por aquel entonces no era profesional. Después, el croata de 20 años sorprendió a Nadal en Basilea; también lo haría el año pasado en Cincinatti. Llegaba a Canadá con unas estadísticas de cero victorias para Rafael Nadal y dos para Borna. Fue a la tercera cuando el ‘Rey de la tierra’ demostró quién es el próximo número uno del tenis mundial.
Nadal ha aprendido a usar su derecha de otra manera. Desde Roland Garros el español ha vuelto a sus mejores números. Se mete en la pista, ataca, ahoga a su rival. Asfixió a Coric, nervioso y temeroso del amarillo supersticioso de la camiseta del mallorquín. En frente, un jugador concentrado y sólido. Tan solo 12 minutos le hicieron falta para ponerse con un 3-0 a favor y allanar su camino a la victoria (6-1 en el primer juego).
El inicio de la segunda manga continuó igual. Rafael Nadal volvió a tomar el mando ante un Coric que, en algunos minutos, parecía que daba algo más de sí. Fue un espejismo. El manacorí se llevó el segundo set por 6-2
Rafa lo tiene fácil. Es cabeza de serie y ninguno de sus principales rivales se encuentra en el torneo. Ahora, tras vences al croata Borna Coric, solo dos pasos le faltan para volver a coronarse rey del tenis mundial. Su próxima piedra en el camino otra promesa, el canadiense Denis Shapovalov, número 143 del ranking que, para sorpresa de todos, eliminó a Juan Martín del Potro por 6-3 y 7-6.
Marta Martín Gómez