Ni rastro de aquella tenista irregular, que alternaba actuaciones memorables con derrotas prematuras impropias de su nivel. Garbiñe Muguruza ha hallado la constancia necesaria para pugnar por el número uno. Su excelso tenis es ya una tónica habitual y el circuito empieza a padecer las consecuencias. Varvara Lepchenko ha sido la última. La española, lanzada, ha tumbado a la estadounidense para acceder a la segunda ronda del US Open. Ya ejerce de favorita.
Conchita Martínez emprendió el camino. Con Muguruza alejada de la compañía de Sumyk, la capitana de Copa Davis y Copa Federación aportó la calma y la serenidad al tenis y, sobre todo, a la cabeza de su pupila. Sin altibajos, Garbiñe reinó sobre la hierba del All England Club para firmar el segundo Grand Slam de su carrera. Tiempo de festejo, y a la par de incertidumbre, ante una jugadora que después de levantar Roland Garros no supo lidiar con la presión.
Esta vez no ha sido así. Ya bajo la tutela de su habitual técnico, ha mostrado una regularidad inédita anteriormente: semifinales en Stanford, cuartos de final en Toronto y título en Cincinnati. La inercia para arrancar en el US Open era la propicia y así ha quedado patente tras vislumbrar su primer envite. Agresiva desde el fondo de la pista, seña de identidad de la tenista nacida en Caracas, y paciente en el intercambio cuando el guión lo requiere. Así ha endosado un 6-0 en la primera manga a una Lepchenko que en ningún momento encontró la iniciativa.
“He llegado con tiempo y estoy entrenando bien”, mencionó hace escasos días Garbiñe. Su ejercicio diario empieza a dar sus frutos. Tan sólo cuatro errores no forzados en ese primer acto ante la estadounidense, algo más que reseñable en comparativa con su historial. Cambiar el margen de error ss solo una de las facetas que ha pulido en las últimas semanas. Su variedad en los golpes y la estrategia, así como una mayor presencia en la red avalan a la española, que desarbola con mayor facilidad a sus rivales.
En cambio, es en el aspecto mental donde reside el principal crecimiento de Garbiñe. La española, ha pasado de ceder en los encuentros que presentaban innumerables obstáculos a mandar en las extenuantes batallas (cuatro de los últimos cinco partidos a tres mangas). Ante Lepchenko, cuando más igualada estaba la pugna, encontró las líneas y marcó las diferencias. Pequeños detalles que le permitieron conseguir un break decisivo para apuntarse la segunda manga (6-3).
La española, tras aplastar a Halep en la final de Cincinnati e iniciar con buen pie su andadura en el US Open, es la más firme candidata al título. En segunda ronda espera a Liu o Duan, a priori rivales que no deben incomodarla.
Alberto Puente