Eugenie Bouchard saltó a la fama en julio de 2014, cuando con tan sólo diecinueve años alcanzó la final de Wimbledon. Su juventud, su tenis y su belleza le permitieron protagonizar un despegue económico, siempre propiciado por un buen equipo de comunicación que desde entonces ha gestionado todos sus movimientos. Consolidada entre las mejores del circuito, obtuvo acuerdos con diferentes marcas: Nike, Babolat, Pinty’s, Usana, Rogers Communications… Situación similar a la que experimentó Garbiñe Muguruza un año más tarde con idéntico resultado sobre la hierba del All England Club de Tennis.
Ahora ambas figuran en la lista Forbes que reúne a las diez deportistas mejor pagadas del mundo. Entre ellas, en cambio, existe una diferencia notable. Mientras que la española ha continuado su progresión y acecha el número uno del mundo, la canadiense deambula sin rumbo alguno por el circuito y el próximo lunes ocupará la 78º plaza en el ranking WTA. Lo extraño es que pese a los malos resultados, su economía no se ha resentido un ápice y se mantiene como una de las tenistas que más dinero obtienen a través de los ingresos por patrocinios.
Entre junio de 2015 y 2016 fue la quinta deportista que más ingresó en patrocinios, solo superada por Serena Williams, María Sharapova, Caroline Wozniacki y Danica Patrick. En total, 5,5 millones, casi ocho veces más de lo ingresado en las pistas (0,7 millones de euros). ESPN ha recogido recientemente que en el último año la canadiense no sólo ha logrado mantenerse en esta selecta lista, sino que habría aumentado una posición. Y eso que sus resultados no han sido los esperados.
Sus semifinales en Sydney o los cuartos de final en el Mutua Madrid Open abrieron camino a la esperanza, pero en las últimas fechas ésta se ha disipado por completo. Ocho torneos, tres meses y tan sólo tres triunfos. Su último varapalo ha sido en la primera ronda del US Open frente a Rodina, un encuentro que curiosamente se celebró en la Arthur Ashe. “Me ha sorprendido”, declaró la canadiense, que ocupó un lugar que algunos favoritos no pisan a lo largo de las dos semanas de competición.
No es un guiño aislado a la jugadora. En los últimos meses ha participado en dos exhibiciones, frente a Venus Williams y Juan Martín del Potro. Su ranking no importa en absoluto a los organizadores, que son conscientes del tremendo tirón que tiene la canadiense. La tenista cuenta con 1,5 millones de seguidores en Instagram, el triple que Garbiñe Muguruza, quien ya suma dos Grand Slam en sus vitrinas. La jugadora, muy activa en las redes sociales, sube numerosas instantáneas en las que luce su atractivo.
Fotos en entrenamientos, en la playa, o muy ligera de ropa. Hace escasos meses apareció en la revista Sport Ilustrated y no dudó de subir cada una de esas imágenes a sus diferentes perfiles en internet. Su imagen, por el momento, le permite subsanar sus paupérrimos resultados en la pista. Es todo un imán para las marcas, una vía perfecta para superar en ingresos a rivales que ostentan el Top Ten. Toda una proeza.
Alberto Puente