domingo, noviembre 24, 2024
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Abuso y contratos ‘trampa’ a los montadores de La Vuelta a España

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Froome rueda camino a la conquista de su primera Vuelta a España. Alberto Contador, que posee tres en su palmarés, dirá adiós a su trayectoria profesional a la conclusión de la misma. Los focos se centran sobre ellos y el resto de los ciclistas, pero hay mucho más allá del asfalto y las bicicletas. Cada año son muchas las personas que se congregan para ver de cerca la acción, oportunidad que aprovechan diferentes patrocinadores para acercarles sus productos y su marca. En los mejores escenarios de las tres semanas que dura la competición, la serpiente multicolor atrae a miles de personas, que en su mayoría se congregan en las zonas de meta.

El lugar donde concluye cada etapa es dónde más actividad se divisa. Zonas de ocio y espectáculo se suceden para el entretenimiento del espectador. Carrefour, sin ir más lejos, cuenta con cuatro carpas de 64 metros cuadrados cada una. Apetitosas degustaciones, pirámides hinchables y hasta un show cooking en directo… Todo un paraíso de ocio que se desarrolla en el recinto denominado Parque Vuelta, en el que se engloban todas las actividades de recreo y patrocinio. Para ello Unipublic –empresa organizadora de La Vuelta– cuenta con un personal que cada día se desplaza a las distintas ciudades por las que transcurre la Vuelta a España. 

Para estas labores se recurre mayormente a personas que acaban de finalizar sus estudios y que no han cumplido aún los treinta años. Unipublic juega la baza de la experiencia única que supone para estos jóvenes acercarse a uno de los eventos deportivos españoles de mayor magnitud. Eso, y la promesa de un suculento contrato que jamás llega a cumplirse. Los montadores, que se encargan de levantar a primera hora las carpas y después a su recogida tras permanecer abiertas al público entre las 16:30 horas y las 20:30 horas, tienen estipuladas 37,5 horas a tiempo completo, que prestarán de lunes a domingo con los descansos establecidos legal o convencionalmente, recibiendo a cambio 1.637,55 euros brutos más 960 euros en dietas.

A priori las cuentas parecen razonables, pero su labor se extiende mucho más allá de lo que recoge el contrato acordado. El equipo de montaje permanece  en el recinto del Parque Vuelta en torno a doce horas diarias, (acceden a las instalaciones sobre las 10:30 horas y las abandonan sobre las 22:30 o 23 horas) lo que les lleva a cumplir jornadas de más de 80 horas semanales. En 19 días de trabajo, el montante global de horas es de 228 aproximadamente. La retribución exacta es de 7,18 euros la hora, pese a esas las largas jornadas que también abarcan los fines de semana. Ni siquiera pueden disfrutar de sus días de descanso, –los 2 que paran los ciclistas–, pues están obligados a realizar largos desplazamientos. Sin ir más lejos, el próximo lunes día 4 –última jornada de descanso– lo disfrutarán metidos en un autobús que partirá desde Bailen (Jaén) y les llevará hasta La Rioja, comunidad que acogerá la ronda española durante la etapa del martes. Una persona cercana a este evento confirma que los montadores duermen una media de seis horas por día. La empresa, Unipublic, no abona pagas extras.

Las condiciones bajo las que se alojan tampoco son las idóneas. Los hoteles, en la mayoría de las veces, son de tres estrellas. “la organización contrata habitaciones dobles o en algunos casos triples para ahorrarse algo de dinero”, relata uno de los trabajadores a este periódico, que también reconoce que los chavales en ocasiones han de pagarse de su bolsillo los desayunos debido a la temprana hora a la que parten, con la cafetería del hotel aún cerrada. Un contrato engañoso para cubrir una explotación que tapan con el argumento del disfrute que supone un evento de estas características, cuando los trabajadores ni siquiera tienen tiempo de contemplarlo.

La última trampa de Unipublic ha tenido lugar en la presente edición. El personal integrante del Parque Vuelta comenzó sus labores en España, días antes del arranque de la Vuelta. Al contrario que en otras ocasiones, la empresa no les entregó el contrato para su firma hasta días después en la localidad francesa de Nimes, (escenario de partida de la actual edición) donde alguno descubrió que las condiciones reflejadas no se correspondían con las pactadas con anterioridad. Dados de alta en la seguridad social, pero sin firmar un contrato que resultó ser engañoso. Otra de las mentiras que envuelven la otra cara de La Vuelta.

En total son contratadas alrededor de 35 personas para llevar a cabo las labores en el  Parque Vuelta. Actividades, –en algunos casos de gran responsabilidad como todo lo que tiene que ver con el apartado eléctrico–,  que son desempeñadas por recién graduados que carecen de la experiencia necesaria en este tipo de eventos, lo que en la actual edición ha dejado sucesos como el desplome de todo el conjunto de las carpas en numerosas ocasiones y que ha propiciado la preocupación en las personas que frecuentaban la zona. Un absoluto caos desconocido para el gran público, pero que día a día, durante tres semanas, sufren las decenas de personas que trabajan sin un solo minuto de respiro.

Alberto Puente

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