sábado, noviembre 23, 2024
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Los tenistas más odiados del circuito

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La última acción de Nick Kyrgios en la segunda ronda del Masters 1000 de Shanghái ha desatado la polémica entre los principales seguidores de este deporte. El australiano, sin previo aviso, se acercó a Steve Jhonson y le extendió la mano tras ceder el primer set. Después hizo lo propio con el juez de silla, antes de abandonar entre pitos la cancha. Una más en el extenso historial del australiano, que le acarreado una multa cercana a los 30.000 euros. A final del día, y probablemente ante las sucesivas amenazas, el ‘aussie’ acusó problemas estomacales y dolores en el hombro en su último entrenamiento para excusar una retirada que se produjo de forma bochornosa. Junto a él, son otros los que se han ganado la antipatía en el tenis.

Nick Kyrgios. El protagonista en cuestión, pese a su juventud (22 años), tiene un currículum de lo más incendiario. Su innato talento, alabado por tantos, se contrapone con su actitud. Hace exactamente un año de esta última sanción recibida fue alejado de la competición tras dejarse ganar frente a Mischa Zverev. Uno de los «ocho torneos» en los que se dejó perder, según afirmó el mismo. El pasado verano renunció a disputar los JJOO con Australia por, a su parecer, recibir un “trato injusto por parte de la Federación. 

Los periodistas, a los que ha mandado a «tomar por culo», también han sufrido su pésima actitud. Kyrgios, además, tiene el récord de raquetas rotas en menos tiempo: tres en diez segundos. Llega tarde a los encuentros y se gana ‘warnings’ en casi todos sus partidos. Una actitud impropia de un tenista de élite que si asienta la cabeza podrá alcanzar el número uno del mundo.

Bernard Tomic. De australianos va el asunto. Tomic, que con 17 años despuntó hasta advertir de que pelearía por una medalla en los JJOO de Londres, ha dejado frases para el recuerdo. “Juego por dinero, no me gusta el tenis”, llegó a confesar el ‘aussie’, que reconoció ante el mundo que no se ejercitaba lo suficiente y no daba el 100% de su talento en cada partido. Tomic ha sido cazado en discotecas acompañado de prostitutas y su retirada, a buen seguro, se producirá antes de lo que cualquier aficionado hubiera imaginado. 

Fabio Fognini. Al igual que Kyrgios, esta semana ha recibido una fuerte sanción. Su conducta machista en Nueva York, donde insultó a una juez de silla, le ha dejado una multa de casi 100.000 euros y dos Grand Slam de suspensión. Desde que en 2013 intercambiara insultos con Monfils en pleno partido, los episodios se han repetido con frecuencia. «No rompas los huevos. Siempre haces lo mismo», le dijo a Nadal en Hamburgo 2015. Frases que en muchas ocasiones han ido acompañadas de 'peinetas'. De tirar partidos también entiende. Este mismo año en Cincinnati, después de que le señalaran una falta de pie, incidió en dobles faltas hasta entregar el duelo.

Ernest Gulbis. El letón transita más allá del Top 200, pero en su juventud se codeó con Federer y Nadal. Aspiraba a sucederles, pero su cabeza nunca le acompañó. Su carrera ha sido un continuo vaivén de sensaciones, pero sobre todo ha destacado por sus extraños episodios. La fortuna de su padre le permití viajar en jet privado a los diferentes torneos ATP. Más que para competir, a Gulbis le gustaba conocer las ciudades y disfrutar de la fiesta nocturna. En Suecia acabó en la cárcel tras contratar los servicios de una prostituta. Su menosprecio a rivales «que no conocía» y el poco afecto a un «aburrido» Big Four también han marcado su carrera. «Si empiezo a beber, empiezo a beber hasta que amanezca», es otra de las frases que define su deambular por el circuito. 

Alberto Puente

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