miércoles, octubre 2, 2024
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Unipublic responderá en los tribunales por los contratos ‘trampa’ en La Vuelta

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Contratos engañosos y despidos presuntamente improcedentes han puesto en el punto de mira a Unipublic, empresa organizadora de la Vuelta a España que se encarga de gestionar el recinto denominado Parque Vuelta, un lúdico paraíso en el que se desarrollan todas las actividades de recreo y patrocinio. Espacio que alberga gigantescas carpas, castillos hinchables y un sinfín de actividades pensadas para atraer la atención del público asistente, por parte de las grandes marcas patrocinadoras. 

Su activación queda en manos del equipo de montaje contratado directamente por Unipublic, que diariamente se encarga de tener lista toda la infraestructura para recibir a miles de visitantes. Labores que desempeñan personas que en su mayoría acaban de concluir sus estudios, que no alcanzan la treintena y que en muchos casos carecen de experiencia profesional en este tipo de acontecimientos. Un hecho que en varias ocasiones ha puesto en riesgo el inicio del evento al desplomarse las carpas poco tiempo antes de su apertura al público. 

El pasado mes de agosto este periódico desveló las artificiosas condiciones contractuales que imponía Unipublic a los montadores. El contrato legalmente suscrito, de 37,5 horas semanales a razón de 1.637 euros brutos más 960 euros en dietas, cubre realmente sólo una parte de la extensa jornada (que no contempla el pago de horas extras) que se ven obligadas a cumplir las personas encargadas de montar y desmontar las carpas y todo su equipamiento interior. Estos trabajadores inician su jornada sobre las 10:30 horas, en muchos casos habiendo recorrido ya cientos de kilómetros hasta llegar al lugar programado, y la concluyen pasadas las 22:30 horas, y mientras el Parque Vuelta permanece abierto al público ellos tienen que estar de guardia.  

En total, Estrella Digital calculó que en 19 días (sin contar los desplazamientos en los dos únicos días libres), los profesionales sumaban 228 horas de trabajo. La retribución, por tanto, sale a 7,18 euros la hora, a pesar de las intempestivas horas de comienzo y finalización de cada jornada y que deben trabajar también los fines de semana. A todo ello hay que añadir que el equipo de montadores en la presente edición ha recorrido casi 6.000 kilómetros en esa veintena de montajes. 

Fiel reflejo de la reprobable gestión y organización de una empresa (este modus operandi no es un caso aislado, se extiende a casi todos los trabajadores contratados por Unipublic para la Vuelta a España) que desde su fundación ha perdido casi todo su caché, con recientes y  estrepitosos fiascos, como el malogrado proyecto de las carreras de obstáculos bautizadas como The Mud Day, donde se vieron obligados a suspender diversas pruebas por los escasos participantes apuntados, mientras que otras carreras encuadradas en la misma disciplina -como la Spartan Race- son todo un éxito, o como los mismos The Mud Day que A.S.O. -la empresa dueña de Unipublic- organiza y celebra en Francia.

Cabe destacar que Unipublic cubre gran parte de su presupuesto para organizar La Vuelta a España con la aportación de los patrocinadores y principalmente con los fondos suministrados por las diferentes Diputaciones Provinciales, (instituciones que poco a nada se preocupan por las engañosas condiciones que soportan los trabajadores contratados) que abonan una importante cuantía con el objetivo de que la carrera discurra por sus territorios, y de RTVE, el ente público encargado de emitir en directo el evento. El mayor desembolso lo realizan las ciudades donde arranca La Vuelta y donde concluye (habitualmente en Madrid), además de las decenas de salidas y llegadas diarias. 

Juicio a la vista

Las mentiras podrían salirle caras a Unipublic, que tendrá que hacer frente a un juicio el próximo día 25 de enero de 2018 tras no llegar a un acuerdo en el acto de conciliación con uno de los trabajadores despedido el día anterior al comienzo de ronda española y que en este caso no se engloba dentro de los equipos de montaje. O al menos, no debería. El afectado en cuestión, como también publicamos con anterioridad, sufrió en sus carnes la última trampa de Unipublic. Emprendía su quinta Vuelta a España como coordinador y supervisor de las actividades que el principal patrocinador de la carrera desarrolla diariamente en el Parque Vuelta. 

Sin embargo, al contrario que en otras ocasiones, Unipublic no le presentó el contrato hasta la llegada a la ciudad francesa de Nimes, y pese a que las labores a desempeñar arrancaron días antes en Madrid.  

Según revela la denuncia, el empleado, después de viajar hasta la localidad del país vecino, donde arrancó la última edición de La Vuelta a España, se encontró con un contrato que no registraba lo ofrecido verbalmente. En lugar de ejercer la actividad de “coordinador” y “supervisor”, -como en anteriores ediciones- su labor profesional en esta ocasión quedaba encuadrada como montador. Incrédulo, pensó que se trataba de un error, pero tras entrevistarse con miembros de la organización, fue advertido de que firmara el contrato en las engañosas condiciones redactadas y “que no planteara un pulso a Unipublic porque seguro que lo perdería”. 

Veinticuatro horas antes de que los ciclistas empezaran a rodar por el centro histórico de Nimes, un miembro de la cúpula de Unipublic y director a su vez del área de Parque Vuelta, -continúa explicando la denuncia-, le comunicó su negativa a modificar el contrato y además le presentó un nuevo salario a la baja como clara medida de fuerza y muestra de repulsa. 

La persona afectada rechazó de plano las engañosas condiciones redactadas en el contrato, lo que el director del Parque Vuelta utilizó para comunicarle que Unipublic había acordado su despedido inmediato y que debería dirigirse a la Oficina Permanente para recoger los billetes de tren que le permitirían regresar a Madrid. 

El trabajador, que consideró que no había sido un despido justificado y procedente, ya que no se le había expulsado por motivos disciplinarios o de mala praxis profesional, recogió días después un burofax en Madrid en el que la empresa le instaba a firmar la liquidación y el finiquito y además el Director General de Unipublic -firmante del escrito- de un modo ruin le informaba “que habían procedido a tramitar convenientemente su baja voluntaria en la empresa con efectos de fecha 18 de agosto de 2017”.  

El empleado demandó a la empresa para que ésta reconociera el despido improcedente y optara por su readmisión o por la indemnización legal. El pasado lunes 2 de octubre, ambas partes se reunieron en un acto de conciliación en el que no se llegó a ningún acuerdo. En enero de 2018, -toda vez que el Juzgado de lo Social nº 3 de Madrid ha admitido la demanda presentada-, Unipublic se sentará en el banquillo de los acusados para que la Justicia de carpetazo a este litigio, que por otro lado pone de manifiesto las inciertas y engañosas condiciones laborales que contienen los contratos de los trabajadores que eventualmente emplea para realizar la Vuelta a España.

Alberto Puente

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