El poder de la tecnología no tiene freno. Tras ganarse un espacio en la vida diaria de las personas, ahora los numerosos avances en este área amenazan los puestos de trabajo de miles de personas. Es lo que se conoce como ‘inteligencia artificial’, un campo que también ha asaltado el deporte, y próximamente lo hará en mayor medida. Eso sí, unos saldrán más damnificados que otros. LaLiga ha decidido introducir el VAR para la próxima temporada, pero los árbitros seguirán como jueces del encuentro, tan sólo será un sistema más para evitar polémicas y hacer más justa la competición.
Ese guión lo escribió el tenis hace años, como precursor de la implantación de la tecnología en el deporte con el conocido ‘ojo de halcón’, que a través de un monitor muestra exactamente dónde botó la pelota proyectada por un tenista. Sin embargo, las necesidades en el mundo de la raqueta parecen ir más allá. Hasta la fecha se mantiene el juez de silla, con sus respectivos líneas, y cada jugador tiene la posibilidad de solicitar hasta tres repeticiones que resulten erróneas. Llegados a este punto, la ATP se plantea un sistema que determine en un momento exacto el bote de la pelota.
La tecnología ha avanzado y esta posibilidad es más que real, pues se ha puesto en práctica en torneos de veteranos y hasta en las Next Finals de Milán el pasado curso, donde también probaron un nuevo sistema de puntuación (hasta cuatro juegos por set). Como comenta Puntodebreak, se ha planificado una reunión de cara a Wimbledon en la que la ATP ha llamado a árbitros y jugadores a debatir si implantar o no este revolucionario sistema. La opinión de algunas voces autorizadas, como John McEnroe, invitan a pensar que recibirá el visto bueno. “Con esta tecnología todo lo que se necesita es un árbitro que lleve la puntuación y esté pendiente de posibles contratiempos”, ha comentado el estadounidense.
Efectivamente, al contrario que en el fútbol, esta nueva medida haría totalmente prescindibles a los jueces de línea. Si el sistema recibe, a tiempo real, donde cae la pelota, es absurdo mantener a los jueces de línea. Sólo se salvaría el juez de silla, para mantener el orden en la pista y controlar cualquier posible error. Eso sí, tendrían que buscar un sistema alternativo por si la tecnología falla, ya que en algunos eventos ya ha sucedido cuando un jugador ha solicitado el ojo de halcón. Quizás, mantener a unos jueces de línea por si fuera necesario.
Lo cierto es que algunos jugadores ya retirados han alabado este sistema, que haría más justo el deporte, que es la línea que se persigue. Sin embargo, el coste será muy elevado, aunque se ahorrarían un dineral en jueces de línea a lo largo del año. Es un riesgo total para los miles de personas que se sacan un dinero a través de esa profesión. Al contrario que el juez de silla, los jueces de línea no perciben una cuantía importante. En torneos Futures la retribución puede ser nula, pero en eventos de mayor magnitud sí perciben dinero por su trabajo.
La implantación de la tecnología acabaría con estos empleados y, a la par, con la tradición de un deporte que se ha caracterizado por amar su historia. Desaparecerían los jueces de línea uniformados en Wimbledon, y se echaría en falta a más personas en la pista. Todo por hacer más lo más justo posible este deporte pionero en innovación tecnológica. La gran incógnita ahora es descubrir dónde está el límite de la tecnología, que avanza sin reparo y sustituye cada vez a más personal.
Alberto Puente