Hace exactamente dos años Juan Martín del Potro se dio una segunda oportunidad. Tras cuatro operaciones y más de un año sin aparecer por el circuito, decidió intentarlo de nuevo, aún con el temor vivo de una nueva lesión que volviera a frenarle. Fue en Delray Beach, en 2016, cuando decidió ‘regresar’ al tenis después de haber coqueteado con la retirada, a causa de una maltrecha muñeca que al inicio su revés. La apuesta era compleja y el riesgo elevado, pero el tandilense se vislumbró capaz de recuperar su mejor versión.
Y es así porque un tenista de las cualidades de Del Potro y con un historial tan exitoso, no se plantea su vuelta únicamente para competir. El argentino tenía entre ceja y ceja rememorar batallas de antaño con el Big Four, y así lo manifestó en sucesivas ocasiones desde su regreso, en el que retaba a los cuatro colosos, a la par que les pedía tiempo. Entonces, sin ranking, parecía una utopía. Con destellos irregulares, pronto cumpliría su promesa, con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. En 2017, a bandazos, también exhibió una gran progresión.
En este 2018, tras haber quemado todas las etapas, ya sólo fija su cota en lo más alto. Del Top 100 al Top 10, y desde este lunes al número seis del mundo. Del Potro encadena dos títulos (Dubái e Indian Wells), pero más allá del triunfo sorprenden las formas. Ante Federer, que llegaba en racha (17-0), evidenció que su revés ya no es un ‘chollo’ para sus rivales, sino más bien su amenaza. Y la derecha corre tanto o más que cuando con tan sólo diecinueve años se mostró al mundo con la conquista del US Open, curiosamente también frente al suizo.
Su nivel ya es superior al de antes, y su objetivo ahora es ganar. Sí, sentir que puede ganar a cualquiera. El argentino entra de nuevo en las quinielas para salir campeón de los próximos torneos. Y con Nadal lesionado y Federer con un calendario escaso, a sus veintinueve años la posibilidad de inmiscuirse en la pelea por el número uno del mundo es real. Mientras algunos reclamaban la emersión de los jóvenes, el tandilense gana enteros por encima de Zverev, Cilic o Dimitrov. Muchos, en su día, dudaron de que esta posibilidad se le volviera a presentar.
Principalmente, ha sido la prensa internacional especializada la que le ha dado la espalda al argentino. El italiano Vincenzo Martucci, de la Gazzetta dello Sport, comentó en las horas más duras del tenista que sería imposible que recuperara su versión: “Si respondo con el corazón, digo que es posible que regrese, pero si lo hago con la mente, creo que no. Tiene un juego muy físico y no es fácil recuperarse luego de tanta inactividad. Es un campeón y no competirá por el simple hecho de hacerlo. No creo que pueda recuperar el alto nivel, pasó mucho tiempo».
Algo similar mencionó allá por 2015 Christopher Clarey, de The New York Times. “¿El Futuro? Es complicado, muy complicado. Hay pocas historias en el tenis de jugadores que han sufrido tantas lesiones, que han estado tan lejos y regresaron al máximo nivel. Podrá competir, claro, pero volver a lo más alto es difícil”, relató.
Eso sí, Del Potro siempre podrá contar con el apoyo de sus compañeros de profesión, que a lo largo de todo este tiempo han mostrado total confianza y esperanza en la recuperación del argentino. “Ya le ha pasado de estar afuera y regresar. No soy nadie para dar lecciones, pero sabe cuál es el camino para estar arriba. No tengo la menor duda de que volverá», mencionó David Ferrer hace más de dos meses. Mensaje que también compartieron en su día Federer y Nadal. Cuevas y Falla también mostraron fe en el argentino, así como el que fuera su entrenador, Franco Davin, que afirmó lo siguiente: «Va a ser duro, pero confío en que Juan volverá a su nivel»
Alberto Puente