No es el que más ha ganado, pero sí el que mejor porcentaje de triunfos acumula en este 2018. Desde la recta final de la temporada pasada hasta la llegada de la gira de arcilla, Rafael Nadal ha permanecido lastrado por las lesiones. En el Abierto de Australia su techo fueron los cuartos de final, antes de retirarse frente a Cilic. Curiosamente ese es el único envite que ha cedido en este curso. El balear preparó a conciencia su superficie fetiche, la tierra batida, y los resultados llegaron de inmediato. Ahora, en Madrid, se enfrenta al escenario de arcilla al que más le cuesta adaptarse. Y con el número uno en juego.
La explicación de Garbiñe para su nefasto historial en Madrid recaía en la presión añadida con la que tenía que lidiar al ejercer de local. Nadal, un veterano, no tiene este problema. Su fundamento es claro: “Es la pista que menos se adapta a mis condiciones”. Lo dejó claro en la rueda de prensa previa a su participación en el torneo, y eso que en la pista Manolo Santana “la bola se controla mejor”. El español no se moverá de esa pista central y, probablemente, tampoco variará su horario (a principios de la tarde). El torneo hará todo lo posible porque el número uno del mundo se sienta cómodo.
Y es que la altura es un factor que le incomoda, pero “como al resto”. Es más, los rivales sufren más las bolas de Rafa aquí en Madrid. El problema para el español es que todo pasa más rápido que al nivel del mar. Los tiempos son más difíciles de manejar y quebrar el servicio de los grandes sacadores resulta más complicado. Los número de triunfos en los distintos escenarios de arcilla dan buena cuenta de lo que le cuesta al español ganar en la capital: Montecarlo (11), Barcelona (11), Madrid (5), Roma (7) y Roland Garros (10).
No obstante, es el gran favorito a alzar el título en Madrid. En el Media Day todos coincidían en que Nadal se muestra en este momento muy superior al resto. “Será una sorpresa que no gane Rafa”, mencionó Thiem. El austriaco es, a priori, el principal obstáculo para el balear, con un Djokovic aún en proceso de crecimiento. El joven talento fue precisamente el que disputó la final con el balear. Los otros nombres que amenazan seriamente al español son Dimitrov, Goffin y Juan Martín del Potro. El tandilense, dos años ausente, llega en un momento de forma estelar.
De momento, el primer obstáculo del español será Monfils, que superó en la primera ronda a Basilashvili. El balance entre ambos es favorable al español (13-2). Y por si fuera poco, el francés acabó tocado. Positivo para Nadal, que suma ya varios días de entrenamiento en la Caja Mágica para no sentirse raro en su debut de este miércoles. El objetivo del español, más allá de consagrarse ante su público, es retener el número uno, el mismo que acecha Roger Federer desde la distancia, después de saltarse al completo la gira de tierra batida.
Nadal se lo robó fuera de la pista, y el suizo pretende lo mismo. Si Rafa consigue salir indemne de París en lo más alto del ranking, podrá conseguir mantenerse ahí por mucho tiempo, ya que tras el US Open apenas sumó triunfos. Ha pasado dos ‘match ball’, y en Roma puede permitirse un tropiezo en cuartos de final, por lo que la prueba más compleja arranca aquí en Madrid. Con su público y la altura como jueces. Es su tierra más amarga, aunque no por ello deja de ser dulce.
Alberto Puente