El Valencia CF entró en el partido sin garra. Su adversario se aprovecho de esa tenuidad y le costó estar 20 minutos a merced de Iago Aspas
Una conducción del moañés en la frontal terminó en botas de Denis Suárez, el querido mediapunta de Marcelino encaró a Piccini en la parte izquierda del área, templó y atendió a la llegada del ‘Toro’ Fernández, que dejó uno de los goles de la temporada con un taconazo en el área pequeña ante el que no pudo reaccionar –mano abajo– Cillessen.
El uruguayo hizo de Maxi en ausencia de Santi Mina, recién recuperado. Asistió Denis, pero Aspas hizo la jugada. Iago es clave en este Celta. Lo mejora todo y todos mejoran a su alrededor. No se pueden comparar por dimensión, pero –por rol– Rodrigo desempeña un rol similar como articulador del ataque.
El delantero valencianista se quedó fuera del once, se entiende, por la sombra del Atlético de Madrid en el mercado, pese a ser igual de imprescindible que hace una semana y pese a estar en la misma situación, cuando sí fue titular ante la Real Sociedad. La decisión tiene carga de profundidad.
El ataque del equipo es otro sin Rodrigo. El Celta se echó atrás, cedió mucho campo, permitió al Valencia CF conectar con fluidez y el partido se abrió. Wass, Parejo y Gameiro se empeñaron en cambiar de marcha. En torno a ellos fueron sumándose futbolistas a la causa y el empate estuvo cerca de llegar. Antes de la media hora, Rubén Blanco dejó una parada brutal, manopla cerca del larguero a puro reflejo ante el disparo de Wass. Guedes chisporroteó.
El partido ya estaba para el Valencia, pero no hubo conexión con Maxi. El uruguayo se marchó a la hora de partido, sin rematar a puerta y con la sensación de estar deseambientado todavía. El punta tiene unas condiciones particulares que hay que saber explotar. La apuesta de Marcelino como socio de Gameiro no cuajó. Estuvo cerca del gol… eso es lo mejor que se puede decir por ahora.
Estrella Digital