Partido vibrante e intenso en el Wanda Metropolitano entre un Atlético que salió volcado en busca del gol. El Bayer, replegado en su parcela, esperaba dar algún susto al contragolpe, aunque los nuestros estuvieron firmes en defensa, sin dejarles crear apenas peligro. Al cuarto de hora se produjo la lesión de Giménez. En una carrera para cerrar el paso a un jugador visitante sintió dolor al esprintar y rápidamente pidió el cambio.
El equipo insistió con la entrada por bandas o con la circulación de balón e, incluso, con pases largos en diagonal para romper la férrea defensa germana. Así llegó la primera oportunidad. Un balón en diagonal de Herrera desde la línea divisoria hacia la izquierda sirvió para que Lodi controlara el mismo, regateara a un zaguero pero su disparo con la diestra lo atajó Hradecky. El Atlético tuvo otra buena ocasión justo antes del descanso, pero el disparo desde la frontal salió rozando el poste.
El equipo siguió insistiendo en la segunda mitad, apoyado desde la grada por nuestra gran afición, que no paró de animar ni un solo minuto del partido. Había que insistir hasta que llegara el momento justo para ponernos por delante. Y el gol llegó con una jugada que hilvanó Lemar con un pase al hueco para la entrada de Lodi y éste puso un centro medido la cabeza de Morata, quien llevaba 8 minutos en el césped, para que abriera el marcador. Un gol que fue decisivo porque sería inamovible el 1-0. Segunda victoria en una Fase de Grupos en la que los nuestros siguen invictos.