Celaá ha respondido así, en la primera sesión de control al Gobierno tras la declaración del estado de alarma por la emergencia sanitaria, a la diputada popular que le ha preguntado cuándo piensa el Ministerio de Educación reanudar las clases presenciales y le ha requerido, como miembro del Gobierno, «hablar con Sanidad» y presionar «para que se tomen las medidas necesarias sanitarias correctas para volver cuanto antes a las aulas».
«¿Usted considera un fracaso el condicionamiento de las medidas sanitarias en este país? ¿El presionar al ministro de Sanidad para que se abran las escuelas puede llevarnos a una solución? Usted está enteramente equivocada, ¿qué está planteando?», ha aseverado la ministra, que ha tildado la petición que ha hecho como «una irresponsabilidad».
Celaá ha explicado que las circunstancias para regresar a clases presenciales no dependen de Educación sino de Sanidad. «Son las normas sanitarias las que nos han obligado a sustituir la actividad educativa presencial por la de a distancia, en el momento en que Sanidad nos informe de que existen condiciones para poder reabrir las escuelas lo haremos muy gustosamente».
La ministra de Educación ha explicado que junto a las consejerías de las comunidades autónomas, con las que se reúne este miércoles de nuevo, se va a propiciar «un gran acuerdo que proporcione certidumbre a las familias en momentos de incertidumbre y que permita responsabilizarnos y atravesar el fin del curso 2019-20 apoyándonos en el 20-21 para resolver, siendo la proporción la regla general y la repetición la excepción, que nada tendrá que ver con las causas del coronavirus».
La diputada del PP ha pedido a Celaá que lidere «un plan de apoyo» y le ha recriminado que no tenga aún un calendario para volver a las aulas, para poner fin al «mundo idílico» de las clases en línea que a su juicio no sustituyen la relación con el profesor.
Además, ha asegurado que seguir el curso en línea requiere que las familias tengan varios dispositivos, para que los padres teletrabajen y los hijos sigan las clases, lo que no ocurre en muchos hogares.
«Existe una brecha laboral y el cierre prolongado de los colegios aumenta el riesgo de agravar las dificultades», ha dicho Moneo.
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