Su rectora, María Luz Morán, ha explicado que la UIMP ha renunciado a su idea inicial de reducir el número de cursos y retrasarlos hasta el 20 de julio, y ahora está trabajando en distintas alternativas para mantener su actividad académica en Santander, en función de la evolución de la crisis sanitaria.
La UIMP tiene sobre la mesa planes «A, B y C» para adaptarse a «esta crisis terrible» aunque su rectora ha insistido en que «a día de hoy la situación es absolutamente cambiante» y hay que ser «muy prudentes» a la hora de tomar decisiones.
También ha hecho hincapié en que «no se puede hablar de una suspensión» de los cursos porque la UIMP está «haciendo todo lo que está en su mano» para mantener su actividad académica en Santander y su compromiso con una sede que es «una seña de identidad» de la institución.
Según ha explicado, hoy mismo han comenzado los contactos con los directores de los cursos para empezar a trabajar en el plan A: seminarios en las aulas de la Magdalena con la presencia de ponentes, guardando todas las medidas sanitarias de seguridad que sean necesarias, y que los alumnos seguirían en directo por «streaming».
Morán ha reconocido que el «sudoku es muy complicado». Se tendrá que resolver una vez analizadas las demandas y necesidades de organizadores, directores, ponentes y patrocinadores.
Hay que tener en cuenta que el programa académico abarca actividades de muy distinto formato, desde seminarios académicos a encuentros y cursos institucionales, y que se pretende reducir la oferta a otras semanas.
La UIMP tiene previstas otras dos alternativas más: ofrecer a los directores de los cursos la posibilidad de impartirlos en línea y programar cursos en otoño, a partir de septiembre y hasta diciembre, que se «tomaría la libertad de llamar cursos de verano», ha apuntado su rectora.
Morán ha insistido en que todos estos planes dependen de la evolución de la pandemia y de las medidas que vayan tomando los ministerios de Sanidad y de Universidades y la Conferencia de Rectores.
La UIMP solo suspendió su actividad académica de Santander en la Guerra Civil, cuando todavía no llevaba el nombre de Menéndez Pelayo, y la retomó, tras su refundación, en 1945.
Durante todo el año imparte además cursos de lengua y cultura española en el Campus de las Llamas, cerrado desde que se declaró el estado de alarma.
Según su responsable y también vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales, Andrés Hoyo, el personal sigue trabajando desde sus casas y en el campus solo está abierta la residencia, donde permanece una decena de estudiantes que no ha regresado a sus países de origen.
Allí es mucho más complicado aún pensar en retomar los cursos este verano, porque la oferta se dirige a estudiantes extranjeros, muchos de ellos de Estados Unidos, y nadie sabe cuando se van a poder recuperar los viajes internacionales.
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