David Villa, delantero del Barcelona, mostró el carácter ganador de la actual selección española, al admitir que excusas del pasado en otras competiciones «ya no existen» y que estarán «enterradas por muchísimos años».
La conquista de la Eurocopa 2008 cambió el rumbo de la selección española. Así lo reconoce su goleador, Villa, que en una entrevista a FIFA muestra el cambio de mentalidad del grupo de internacionales que afrontan el Mundial 2010 de Sudáfrica.
«Había que cambiar la dinámica más que el nivel futbolístico. Ideas como que «España juega bien pero se va a casa» o «son campeones antes de jugar los torneos, «tienen mala suerte en los penaltis» ya no existen más. Y me parece que continuarán enterradas por muchísimos años más, manifestó.
Para Villa, España acude al Mundial con «un estilo definido desde hace años atrás» y un grupo de futbolistas que se conocen a la perfección. «Lo más importante es que este equipo no es de un mes ni de dos, es de tres años ya conjuntado. Con una filosofía de juego y jugadores que se acoplan a esa filosofía. Sin duda se refleja en el campo de juego».
España llega con la lección aprendida
La experiencia de hace un año en Sudáfrica en la Copa Confederaciones, donde España perdió en semifinales con Estados Unidos, sirve de lección según el nuevo delantero del Barcelona.
«Ya sabíamos de torneos anteriores que un día malo te manda para casa. No salimos en nuestro mejor momento ante Estados Unidos, y no hablo de jugar mal porque creamos muchas oportunidades, pero no pudimos convertirlas y terminamos eliminados, recordó.
Por eso, muestra el mayor respeto hacia los tres primeros rivales del Mundial 2010. «No son los más potentes pero nos lo van a poner difícil. A Honduras no les conocemos mucho, pero está conjuntado y llegó al Mundial por méritos propios. Suiza es más europeo, joven y con dinámica. El más peligroso del grupo es Chile, que tuvo una gran fase clasificatoria en Sudamérica. Un equipo muy compacto, muy aguerrido, que además es muy peligroso en ataque».
Por último, agradeció que lo personal esté resuelto y haya firmado con el Barcelona antes de la cita mundialista. «Durante toda mi vida nunca había tenido un verano tranquilo. En el equipo que he estado siempre ha habido otros que me quieren y eso añadía presión. Librarse de ella hace diferencia».