Europa se sobrepuso a un comienzo de Mundial titubeante para llegar a la penúltima ronda con sus tres grandes potencias actuales, España, Alemania y Holanda, frente a una Sudamérica que se estrelló en cuartos y sólo dispone de Uruguay, dos veces campeón mundial, para combatir por el título.
Frente a la insólita composición de los cuartos, en los que por vez primera Sudamérica tuvo más equipos (4) que Europa (3), las semifinales devolvieron las aguas a su cauce, con tres escuadras del Viejo Continente frente a una sudamericana, es decir, el menú más repetido en los Mundiales.
Por primera vez en la historia el campeón y el subcampeón de Europa están presentes en las semifinales del siguiente Mundial, y
para colmo de emoción, se enfrentarán entre sí.
España, actual campeona continental, ofrecerá el miércoles próximo la revancha a Alemania, que perdió por 1-0 la final de la última Eurocopa, con gol de Fernando Torres.
La Mannschaft es, de los cuatro semifinalistas, el equipo que más ha impresionado en el Mundial por su juego diáfano y su potencia goleadora. Debutó con una goleada a Australia (4-1) y, tras cometer su único pecado (perdió 1-0 contra Serbia) no volvió a verse en malos pasos: 1-0 a Ghana para rematar la fase de grupos, 4-1 a Inglaterra en octavos y 4-0 a Argentina en cuartos.
España, por el contrario, no termina de adoptar su personalidad reciente y tendrá que recuperar su gran estilo si quiere hacer frente a la apisonadora alemana, que arrolla cuanto se le pone enfrente con su fútbol eficaz.
La suerte del encuentro Alemania-España dependerá en buena medida del acierto de David Villa, máximo goleador del presente Mundial con cinco tantos, y de Miroslav Klose, que lleva cuatro y, con 14 en total, está a uno solo del líder histórico de goleadores de la Copa del Mundo, el brasileño Ronaldo.
Villa, el único jugador español que ha marcado en cuatro partidos consecutivos de un Mundial, considera que Alemania «no estará contenta de enfrentarse a España en semifinales». El seleccionador, Vicente del Bosque, asegura que el equipo tiene «recursos y gente capaz» suficiente para volver a derrotar a Alemania.
Pero la confianza es la misma en el otro campo. El capitán germano, Philipp Lahm, está convencido de que éste es el equipo nacional con más talento que ha conocido, después de haber jugado 70 encuentros con la selección.
Uruguay, a un paso de su tercer Mundial
El miércoles, a las 20.30 en Durban, campeón y subcampeón de Europa saldarán su cuenta pendiente. Un día antes, a la misma hora en Ciudad del Cabo, el otro representante europeo, Holanda, se verá las caras con Uruguay, campeón mundial en 1930 y 1950 pero que no alcanzaba la penúltimaronda desde 1970: cuarenta años sin olfatear, siquiera, una final.
Con su quinta victoria consecutiva, Holanda expulsó del Mundial al pentacampeón Brasil (2-1) en el único partido en que no partió como favorita y ahora volverá a tener enfrente a un equipo sudamericano que dejó a la Copa del Mundo sin representación africana al imponerse a Ghana por penaltis.
La garra charrúa y el instinto depredador de Diego Forlán y Luis Suárez se han puesto de manifiesto en todos los partidos que ha jugado el equipo de Óscar Tabárez en este Mundial, pero especialmente en el último.
Forlán marcó el gol del empate contra Ghana en un tiro libre que, por su posición escorada, parecía no prometer nada, y Suárez sacrificó, cometiendo un penalti en el último segundo, su presencia en semifinales en aras de una remota posibilidad de clasificación que al final cuajó en los penaltis.
Uruguay no podrá contar con Luis Suárez, pero Forlán ha demostrado que le basta con muy poco para hacer un gol. La favorita, no obstante, será Holanda. No sólo porque derrotó a Brasil, sino por la impresión de solidez, velocidad y capacidad ofensiva que transmite, una vez recuperado Arjen Robben de su lesión muscular y zanjadas las diferencias personales entre Wesley Sneijder y Robin Van Persie.
Europa, en cualquier caso, se asegura un puesto en la final del día 11. Latinoamérica deposita todas sus esperanzas en un viejo campeón que lucha por reverdecer laureles.