Diputados de varios grupos políticos del Parlamento holandés han pedido explicaciones sobre toda una serie de concesiones secretas que el Estado habría ofrecido a la FIFA dentro de su candidatura para organizar junto a Bélgica el Mundial de fútbol de 2018.
La preocupación de los parlamentarios llega después de que la televisión RTL tuviese acceso al dossier de la candidatura, en el que asegura que figuran compromisos como el de establecer un área de dos kilómetros alrededor de cada estadio donde no pueda haber publicidad de ninguna compañía que no colabore con la FIFA.
Según la información de la cadena, Holanda daría poderes especiales a la Policía para garantizar que esa regla, y otras destinadas a proteger los intereses comerciales del organismo futbolístico, sean cumplidas.
Además, el Gobierno habría acordado que los empleados de la FIFA no paguen impuestos durante su estancia y que la jefatura de la organización disponga de un carril reservado en las carreteras para desplazarse de un estadio a otro.
Holanda se haría cargo también de todos los costes de seguridad, que podría suponer un desembolso de unos 200 millones de euros, según RTL. Según un estudio encargado por el Gobierno en febrero, la organización del Mundial podría generar un máximo de 400 millones de euros para la economía holandesa, lo que no compensaría los costes.
Las noticias sobre los supuestos ofrecimientos especiales a la FIFA han llevado a varios diputados a pedir explicaciones al Gobierno. «Es fundamental que Holanda no esté dirigida por la FIFA», señaló en declaraciones a los medios la parlamentaria liberal Helma Neppérus.
Junto a Bélgica y Holanda, Inglaterra, Rusia, Estados Unidos y el binomio España-Portugal aspiran a albergar el campeonato del mundo de 2018. Los dos socios del Benelux ya organizaron de forma conjunta la Eurocopa del 2000, que se llevó la Francia de Zinedine Zidane.