El Real Madrid pasó completamente por encima del Schalke (1-6) en un encuentro que dominó de principio a fin, con un fútbol brillante. Fueron seis, pero pudieron ser mucho más, aunque Iker Casillas volvió a dejar una imagen para el recuerdo, en la única que tuvieron los suyos cuando todavía había partido.
El tornado de fútbol que desplegó el Real Madrid fue tan grande que, pese a las debilidades del rival, el respeto de Europa crecerá mucho en los próximos partidos. Los blancos jugaron bien de verdad, como pocos partidos se le recuerdan en la historia reciente. Cristiano estuvo de notable, Benzema demostró que tiene mucho más de lo que demuestra habitualmente y Bale fue imparable. El ‘11’ madridista dejó claro que no está muy lejos de Cristiano, que aparece mucho menos, pero que es de los pocos que se le puede comparar cuando se trata de demoler porterías.
Llegó la fase decisiva de la Champions League y se terminaron las bromas. El Real Madrid regresó a la máxima competición continental mucho mejor de lo que estaba en la fase de grupos. Ancelotti volvió a sacar el once que encontró en las últimas fechas y que los madridistas ya se saben de memoria, mientras que el Schalke recuperó definitivamente a Huntelaar y a Höwedes.
El encuentro comenzó con los nervios clásicos de este tipo de citas. Con los dos equipos respetándose mucho, hasta que la BBC rompió de golpe la tregua. Bale se puso por primera vez al equipo por montera en un encuentro importante y el Madrid se convirtió en imparable para el Schalke y casi para el resto de equipos de esta competición.
Bale cogió un balón la pisó, mareó a su par y se la dejó a Cristiano. CR7 tocó de tacón y con la ayuda de Santana el balón llegó a Benzema. El francés superó a placer a Fährmann y a partir de ahí salió la bestia que el mejor equipo de España en estos momentos dentro.
Bale es de otra galaxia
El Schalke tuvo la suya justo a continuación y falló, algo que pasa factura con el rival que tenía enfrente. No se puede decir ni que perdonó porque la parada de Casillas no tiene nombre. El Santo le sacó el balón a Draxler de la misma forma que lo hizo con Perotti. A partir de ahí, resulta difícil enumerar las ocasiones claras que tuvieron los merengues. Los tres de arriba se inspiraron a la vez, la presión empezó a ser asfixiante y el Madrid no tuvo la piedad de otras veces. Arrasó con su rival en todos los sentidos.
La muestra más clara de que este miércoles les salía todo fue el segundo gol. Benzema rescató un balón que parecía que iba a ninguna parte en un córner, se la cedió al expreso de Cardiff y el ex del Tottenham firmó una jugada maradoniana en la que demostró que además de velocidad tiene mucha cintura. Nada pudo hacer el pobre Fährmann para atajar el disparo con la izquierda. De hecho, al guardameta alemán fue el más destacado de los suyos y no hizo nada para merecer la que le cayó encima.
Hasta el final de la segunda parte el Real Madrid tuvo muchas más, la mayoría en los pies de Cristiano que volvió a mostrarse algo ansioso con el gol ante las buenas intervenciones del cancerbero. Benzema tampoco supo culminar alguna jugada de tiralíneas, pero no era el día para lamentarse.
En la segunda parte, el Real Madrid siguió con el festival. La grada no paraba de animar en el Veltins Arena, mientras demostraba que era mejor que su equipo porque los de Jens Keller no estuvieron a la altura. Antes de la hora de partido, llegó el 0-4 al marcador. El tercero lo hizo el insistente Cristiano Ronaldo que bailó a Matip con sus bicicletas en el borde del área, antes de descargar su fusil. El cuarto fue de Benzema, gracias a una pared que el jugador franquicia blanco le devolvió de tacón.
Entonces, los aficionados madridistas que se desplazaron a Alemania disfrutaban como enanos, mientras que el Schalke hacía honor a su apellido con el marcador. En cualquier caso, el Madrid no estaba por la labor de dejarlo solo ahí. Quería más y el quinto llegó casi por inercia, diez minutos después.
Sergio Ramos asistió a Bale, cuando el Schalke ya daba demasiadas facilidades y el lugarteniente del Balón de Oro la cruzó a la perfección. Finalmente, Cristiano perdonó la penúltima cuando tenía a Isco solo, pero se resarció en el 89 en un mano a mano antes de que Huntelaar metiese el de la honra (que esta vez no se puede llamar así) con una volea por toda la escuadra en el descanso.
SCHALKE 04: Faehrmann; Hoewedes, Matip, Santana, Kolasinac (Fuchs, min.76); Boateng (Goretzka, min.59), Neustaedter; Farfán (Obasi, min.72), Meyer, Draxler; Huntelaar.
REAL MADRID: Casillas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Modric, Xabi Alonso (Illarramendi, min,73), Di María (Isco, min.68); Bale (Jesé, min.80), Benzema y Cristiano Ronaldo.
Goles
0 – 1, min.13, Benzema.
0 – 2, min.21, Bale.
0 – 3, min.52, Cristiano Ronaldo.
0 – 4, min.57, Benzema.
0 – 5, min.69, Bale.
0 – 6, min.89, Cristiano Ronaldo.
1 – 6, min.91, Huntelaar.
Árbitro: Howard Webb (ING). Amonestó con tarjeta amarilla a Di María (min.29) en el Real Madrid; y a Hoewedes (min.62) y Huntelaar (min.72) en el Schalke.