El vicepresidente del FC Barcelona, Jordi Cardoner, anunció este miércoles que el referéndum sobre el futuro del Camp Nou se celebrará el próximo 5 de abril, de 9 a 21horas, en la explanada del estadio. Sin embargo, la forma elegida para realizar una consulta múltiple no parece la más elegante posible.
La directiva del Barça ha decidido apostar por la democracia de una forma curiosa para aprobar el tema más importante para el futuro del club. Al estilo de Florentino, que ni siquiera convocó una consulta popular entre todos los socios, el Barça camuflará tres preguntas en una.
El presidente madridista preguntó a sus compromisarios si era adecuado endurecer las medidas para proponer una candidatura en unas futuras elecciones mediante una reforma de estatutos que fue aprobada por una amplia mayoría, ya que incluía diversas cuestiones. Florentino se escudó entonces en el ‘miedo al jeque’, para exigir más años de socio a la hora de presentarse como candidato a la presidencia (algo que resulta muy lógico) y unas condiciones para el aval que reúnen Florentino y no muchos más socios.
Por eso, un grupo de socios emprenderá acciones legales para devolver la democracia al club. Además, aseguran que la directiva madridista engañó en su argumentación, cuando dijo que las condiciones para el aval eran las que exigía la Ley del Deporte de 1990. “Esta Ley en realidad obliga a avalar sólo al candidato elegido, no al candidato que se presenta, y no habla de obligación de concesión del aval por parte de una entidad bancaria española ni de que pueda ser prestado o no por quien no es miembro de la Junta”.
Ahora, la pregunta del club catalán es: ¿Aprueba la propuesta del nuevo Camp Nou, el Espai Barça y el nuevo Palau Blaugrana? Por lo que el sesgo en la votación queda a la vista de cualquiera. Esto es así porque el futuro de la entidad se resume en tres preguntas que merecen una respuesta aislada.
Se hace por separado para ahorrar el engorro de emitir tres votos, pero en realidad se puede esconder algo más importante. La aprobación del nou Camp Nou no parece contar con las simpatías de todos. En realidad, es un tema que divide a la opinión pública culé que en parte no siente que la directiva esté completamente legitimada para lanzar un plan tan ambicioso y ve como el campo no se termina de llenar esta temporada.
No se espera que la propuesta prospere por un amplio margen, pero los socios pueden estar dispuestos a algunos cambios y a otros no. El caso es que la Euroliga presiona a los clubes para que sus pabellones acojan a más de 10.000 espectadores y el Barça actualmente no llega a los 8.000. Por eso, Sandro Rosell ya llevaba en su programa electoral una propuesta para el nuevo Palau Blaugrana. De este modo, es previsible que los socios azulgranas que tengan preferencia por el baloncesto o el resto de deportes que se juegan en el Palau den su sí masivo a la propuesta y ayuden ‘queriendo o sin querer’ a poner en marcha el nuevo estadio de fútbol. Mientras que la remodelación de los espacios anexos al Camp Nou parecen un tema menor al lado de los otros dos ‘colosos’ arquitectónicos.
Según Cardoner, el proyecto se realizará «si el voto de números afirmativos supera al de negativos, independientemente de si la opción con mayor porcentaje es la del voto en blanco».