El capitán del Real Madrid, Iker Casillas, levantó este miércoles su segunda Copa del Rey, tras la victoria en la final celebrada en Mestalla ante el FC Barcelona, once meses después de ver desde el banquillo cómo su equipo perdía el trofeo copero ante el Atlético de Madrid y volviendo a hacer valer su capacidad de 'talismán'. El pasado 17 de mayo de 2013, el mostoleño se había habituado a su nuevo rol en el banquillo, al que una inoportuna lesión y la sorprendente decisión del por entonces técnico, José Mourinho, le apartaban, curiosamente, por tercera ocasión, de una final del torneo del 'KO'. Y como en 2002 y en 2004, su equipo perdió el título.
En esta ocasión, el mostoleño hizo buena su capacidad de 'talismán' para su equipo, que conquistó su decimonovena Copa del Rey, aunque sin que, como sucediera en 2011, tuviese que tirar en exceso del oportunismo de su capitán, que vio frenado en 1.029 minutos su récord de imbatibilidad en el torneo, tras el cabezazo de Marc Bartra ante el que nada pudo hacer en el minuto 69 de encuentro.
Con todo, Casillas aumentó su condición de 'talismán' para el equipo en el que juega, ya que en su undécima final en su carrera deportiva, sólo ha perdido dos, en la Supercopa de Europa de 2000 ante el Galatasaray (2-1) y la Copa Intercontinental de ese mismo año ante Boca Juniors (2-1). Desde entonces, ha ganado todas en las que ha sido titular, lo que volvió a ratificar en Mestalla.