viernes, noviembre 22, 2024
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El entrenador discreto

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El cáncer que padecía desde hacía dos años y medio le venció finalmente. Tito Vilanova llevó la cruel enfermedad con discreción y con esa misma discreción se ha despedido para siempre.

Vilanova llegó al banquillo azulgrana en abril de 2012 antes en sustitución de Guardiola con gran presión sobre su persona, debido a una recaída en su enfermedad que le puso trabas continuas en su camino al éxito, pero fue capaz de ganarle momentáneamente y recuperar la Liga BBVA igualando el récord de 100 puntos del Real Madrid y de perpetuar el modelo que construyó previamente desde la sombra.

El de Bellcaire d'Empordà, nacido el 17 de septiembre de 1968, forma parte ya de la historia del probablemente mejor equipo de la historia del FC Barcelona, pero su carrera como técnico se vio truncada por un cáncer agresivo que le impidió ejercer sus funciones a pleno rendimiento, obligándole a someterse a un tratamiento en Nueva York durante dos meses antes de regresar para firmar la Liga de los 100 puntos, su mayor logro.

Su ausencia se notó en el equipo, dirigido en funciones por su ayudante, Jordi Roura, pero también cogió fuerzas para dedicarle finalmente el título de Liga tras caer en Copa y 'Champions'. Vilanova seguía el día a día a distancia, hasta que optó en verano de 2013 por centrarse en la lucha contra la enfermedad y en apartar el fútbol de su vida, el mismo que tanto y tanto le dio, y del que se ha despedido en segundo plano.

Desde que el 19 de julio de 2013 anunciara su adiós al banquillo blaugrana, y propiciara que Gerardo 'Tata' Martino le cogiera el relevo rompiendo con la condición iniciada por Guardiola de tener un hombre de la casa como técnico, se dedicó a luchar con todas sus fuerzas contra un agresivo cáncer que, en esta última semana, le obligó a ingresar y a ser intervenido. Una lucha que inició en 2011 cuando se le detectó el primer tumor en la glándula parótida.

Pero no se va en blanco, sino como el perpetuador de un modelo de éxito, el mismo que inició con su amigo de Santpedor. El 13 de junio de 2012, se anunció su nombre como relevo de Pep Guardiola, que iba a vivir un año sabático, y dos días después fue presentado en la Sala París del Camp Nou, con el reto mayúsculo de perpetuar la gloria en el Barça más exitoso de la historia, un equipo que él mismo ayudó a forjar con un papel clave a la sombra de Guardiola.

En la rueda de prensa en la que se anunció el adiós de Guardiola, el entonces presidente, Sandro Rosell, sorprendió al anunciar súbitamente el nombre de Vilanova, un acierto ya que garantizó la continuidad del modelo y, a su vez, trajo un porcentaje de aire fresco tras cuatro años de éxitos. No obstante, la aparición del cáncer en la glándula parótida por partida doble, y los respectivos tratamientos, han cortado esta nueva relación de Tito con el club en el que se crió, anunciada por el propio presidente.

De la mano de su amigo Pep

Vilanova llegó al cuerpo técnico de la mano de Guardiola, a quien conoció en los años ochenta cuando ambos soñaban con llegar a lo más alto en el mundo del fútbol. Guardiola sí alcanzó las cotas más altas capitaneando al club blaugrana y llegando a la selección española, pero su amigo se tuvo que conformar con una carrera más discreta que le llevó a militar en Figueres, Celta, Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche o Gramanet hasta su retirada hace once años.

Cuando el de Santpedor recibió el ofrecimiento de entrenar al filial hace cinco años, se acordó de su excompañero en la cantera, que ya había entrenador en las categorías inferiores del Barça, puliendo a promesas que ahora militan en el primer equipo como Leo Messi, Gerard Piqué o Cesc Fàbregas. Entre ambos entrenadores lograron el ascenso en Tercera División del Barça B y, cuando Joan Laporta recurrió a Guardiola para rearmar el derrumbado equipo de Frank Rijkaard, el de Santpedor no dudó en llevarse consigo a Vilanova.

Pocos podían imaginar que se abría la época más exitosa en la historia del club, con catorce títulos ganados de diecinueve posibles, que ya son quince con la Liga que lleva el nombre de Vilanova, la de los 100 puntos. Cogió el equipo habiendo pasado ya por quirófano en noviembre de 2011. Tras pasar aquel percance, Vilanova se recuperó y tomó las riendas con fuerza, hasta que la reproducción del cáncer le llevó a Nueva York y a compartir la lucha contra la enfermedad con la búsqueda de la gloria. La encontró en parte, pero no pudo levantar como primero la 'Champions' que sí levantó como segundo.

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