El Real Betis Balompié ha certificado este sábado su descenso a la Liga Adelante sin tan siquiera llegar a jugar en la trigésimo quinta jornada, una vez que el Getafe venciese al Málaga (1-0) y estableciese una distancia de 13 puntos con la salvación cuando quedan 12 por jugarse.
Tras tres campañas consecutivas en la máxima división del fútbol español, el conjunto verdiblanco volverá al infierno para disputar su vigésimo octava temporada en la liga de plata. Sin embargo, al principio de temporada nada hacía vislumbrar un futuro tan negro para un conjunto sevillano que se postulaba como uno de los grandes equipos de la Liga BBVA.
Después de una temporada 2012/2013 para enmarcar en la que el conjunto de Pepe Mel había sellado su billete en la Europa League tras haber acabado en la séptima posición, el Betis afrontaba una campaña en la que ilusión era la palabra que más sonaba en el Benito Villamarín.
Además, a pesar de las bajas de jugadores como Cañas, Beñat, Adrián o Pozuelo durante el mercado veraniego, las novedades de Verdú, Xavi Torres, Cedric o 'Lolo' Reyes en las filas béticas apuntaban a una buena temporada para los aficionados heliopolitanos.
A pesar del fatídico final, los andaluces deslumbraron en el inicio de temporada. El primer partido, el 19 de agosto en el Santiago Bernabéu, Pepe Mel demostró que no hace falta tener grandes presupuestos para hacer un fútbol vistoso y tratar bien la pelota. Acabaron perdiendo 2-1 gracias a un gol de Isco a falta de 3 minutos que permitió respirar a un Carlo Ancelotti que se vio contra las cuerdas en el primer partido de la temporada.
Tras este derroche de fútbol en la primera jornada, el Betis siguió haciendo gala de su buen juego a pesar de que los resultados no le acompañaron. Las bajas de Rubén Castro y de Jorge Molina, sumado a la necesidad de tener bajo los palos un portero de garantías, iniciaron una caída libre sin frenos hacia el pozo de Segunda. Para empeorar la situación, las dos victorias del Betis en 17 partidos hicieron que la junta directiva dejara sin patrón un barco que iba totalmente a la deriva.
Pepe Mel se vio obligado a dejar la dirección del club andaluz y Juan Carlos Garrido ocupó el banquillo del Villamarín en busca de remontar el vuelo. Tras conseguir un punto de nueve posibles y entre continuos abucheos de un publico verdiblanco que no comprendía el despido de Mel, Gabriel Calderón se convirtió en la última esperanza de los béticos para salir del atolladero.
Sin embargo, el 'Efecto Calderón' no pisó en ningún momento el césped del Benito Villamarín. A pesar de los esfuerzos de la directiva por reforzar el equipo –-se incorporaron jugadores clave como Adán, N'Diaye o Leo Baptistao– el técnico argentino no fue capaz de dar con la tecla que hiciera que los esos grandes jugadores formaran un gran equipo.
En las últimas jornadas, los andaluces fueron aplazando jornada a jornada el inevitable final hasta que quedaron doce puntos por disputarse. Finalmente, este 26 de abril se quedará grabado a fuego en la mente de los aficionados béticos que marcarán en el calendario el inicio de la nueva temporada, que servirá para reestructurar un equipo que cuenta los días para volver a Primera.