Durante las tres temporadas que Cesc vistió de azulgrana todos los medios catalanes hablaron de él como un ejemplo de barcelonista. Criado en la Masía, se puso la camiseta del Barça en las celebraciones de la selección antes de fichar por el conjunto culé y por eso se dijo que encarnaba como nadie los valores y el estilo Barça.
Durante la etapa de Mourinho se amoldó a la perfección al discurso oficial de su equipo, pero su bajo rendimiento le terminó de señalar en la 2013/2014. Cesc fue durante toda su etapa en el Barcelona un futbolista que brilló más en las estadísticas que en las sensaciones del juego. Marcó más goles de los que creó y jugó mucho más adelantado de lo que lo solía hacer en Inglaterra. No supo jugar al lado de Xavi, pero las críticas solo le llegaron cuando anunció su marcha.
Muchos aficionados azulgranas no le perdonan que haya elegido como destino el equipo del extécnico del Real Madrid y que reclame los cinco millones que puso de su bolsillo en su traspaso desde el Arsenal. Se ha convertido en traidor por partida doble porque los seguidores del Arsenal piensan lo mismo, a pesar de que el jugador asegura que se ofreció primero a su exequipo y fue Wenger el que le dijo que no contaba con él.
Sin embargo, la gota que ha colmado el vaso para los independentistas fueron sus palabras en la concentración de la selección: «Para mí era fundamental que el traspaso (del Barça al Chelsea) se hiciera antes del Mundial para centrarme en ayudar a mi país a conseguir la Copa del Mundo», dijo al mismo tiempo que se negaba a contestar en catalán a las preguntas porque lo encontraba fuera de lugar.
En Twitter se le llama “traidor” “carterista” y algunos llegan a pedir que no vuelva a vestir la camiseta de la selección catalana. Además, en los foros de los medios digitales independentistas tampoco se quedan cortas :“botifler”, “traidor”. “Vergüenza”, “Bien vendido” o “No eres uno de los nuestros” son otras de las frases más repetidas.
Asimismo, los seguidores más acérrimos de ‘la Roja’ están encantados con la reacción del centrocampista. “Cesc ha recuperado la libertad de expresión al marcharse del Barça”, señala un usuario. “Grande Fábregas” es la expresión más repetida en el bando de los que piensan que el exjugador barcelonista se llevará muchos palos en su tierra por sus valientes palabras.