Los ultras no se han ido de los campos de fútbol. Cantan sus consignas de odio y fanáticas, exactamente igual lo hacían hace dos meses, cuando Jimmy, seguidor ultra del Deportivo de La Coruña fue asesinado a orillas del Manzanares presuntamente por seguidores del Frente Atlético. Javier Tebas y sus «soluciones» , su promesa de eliminar a los ultras de los campos de fútbol, no sólo no se han cumplido, sino que cada fin de semana estos invaden los estadios promoviendo mediante cánticos e insignias sus diversas ideologías políticas.
Con muchos datos todavía por esclarecer sobre la brutal pelea entre el grupo de pensamiento neonazi que apoya al Atlético de Madrid, y los Riazor Blues, de extrema izquierda, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) afirma que los ultras «se aburrirán de acudir al estadio».
“Vamos a por ellos. Lo tenemos muy claro desde la Liga y los clubes”. Esta fue la idea que Tebas quiso vender tras la última reyerta entre ultras, pero la realidad dista mucho de todo esto. Hoy por hoy, una de las medidas que se han llevado a cabo para “erradicar” a estos grupos, calificados como “violentos”, ha sido la de privarles de utilizar símbolos y pancartas. Y ni eso han conseguido.
El último y más claro ejemplo ha sido el vivido este pasado fin de semana en el Coliseum. El partido que enfrentaba a Getafe y Real Madrid fue previamente declarado “partido de alto riesgo”. Tanto las autoridades como el Real Madrid conocían, a través de las redes sociales, la intención de los Ultra Sur de personarse en el encuentro. El grupo radical de extrema derecha seguidor del Real Madrid sigue teniendo prohibido el acceso al Santiago Bernabéu.
250 fueron los radicales que ocuparon las gradas del Coliseum realizando saludos fascistas, a lo que la afición getafense respondió con una sonora pitada. Tebas confiesa ahora que su intención primera es conocer cómo estos aficionados tuvieron acceso a las entradas y al estadio, algo que podría suponer un problema al Getafe por su “falta de seguridad”.
Sin ir muy lejos, en la misma ciudad pero en el lado de la balanza opuesto, encontramos a los aficionados del Rayo Vallecano. Los Bukaneros, que apelan al origen obrero del club y con una ideología opuesta, de extrema izquierda, han tenido que desalojar el local que ocupaban dentro del estadio de Vallecas, en el que guardaban el material de animación. Esto no ha sido todo, puesto que la controversia de las medidas propuestas por Javier Tebas está rozando un límite que muchos aficionados no están dispuestos a traspasar.
Este sábado el Rayo juega en el Vicente Calderón, nuevamente partido de alto riesgo. Ante esto, el Atlético de Madrid ha publicado un comunicado donde advierte al Rayo Vallecano de las medidas que se tomarán para poder presenciar este derbi desde el Manzanares.
Según dicho comunicado, “los aficionados rayistas tienen prohibido el acceso al estadio con cualquier elemento de animación, pancartas de peña y simbología de grupos ultra”. Además, deberán enviar al Atlético un listado de la venta de entradas con el nombre y DNI de cada comprador.
Tanto los Bukaneros como muchas peñas rayistas se han manifestado a través de un comunicado y la red social Twitter para hacer saber que no acudirán al estadio después del “atropello que está sufriendo la afición”: “Somos rayistas, no delincuentes”.
Otro de los grupos más sonados estos días han sido los Yomus, ya que el Valencia ha emitido un comunicado en el cual expresa su voluntad de no permitir su acceso a Mestalla: “A pesar de sufrir insultos y amenazas por parte de radicales claramente identificados, la Dirección del Club no dará ni un paso atrás en su fuerte compromiso con la seguridad de los 45.000 aficionados y con mantener limpios de violencia e ideologías Mestalla y el nombre del Valencia”.
También este fin de semana se jugó en El Molinón el partido correspondiente a la vigesimoprimera jornada de la Liga Adelante, que enfrentaba a Sporting de Gijón y Betis. Ambos, respaldados por sus radicales de extrema derecha los Ultra Boys y los Supporters Sur, entonaron gritos y cánticos ofensivos contra el Sevilla y los Biris Norte.
El pasado martes día 20, la LFP dio a conocer el primer informe que remitirá a la Real Federación de Fútbol Española (RFEF) en relación a los cánticos que incitan a la violencia, la xenofobia, el racismo y la intolerancia al deporte. Justamente se han denunciado cuatro partidos de Primera División y dos de Segunda, entre los que no están los aquí citados.
Con todo esto, y a excepción de los Boixos Nois y los Ultra Sur que fueron eliminados de las gradas del Barcelona y el Real Madrid, la mayoría de los equipos de la Liga española continúa contando con su grupo ultra dentro del estadio, independientemente de la ideología política y la división de fútbol.