Los fichajes de Lucas Silva y Martin Odegaard por el Real Madrid solo tienen una posible lectura. El Madrid cree que tiene el presente cubierto con Modric y Kroos en el centro del campo, pero quiere invertir en el futuro para seguir alimentando una línea de juego en la que solo encajan los centrocampistas habilidosos.
Por eso, el Madrid ha decidido tirar la casa por la ventana y gastarse más de lo habitual en promesas, cuando el resto de los equipos del mundo tienen que administrar su dinero para buscar realidades consolidadas. Todo el mundo quería a Odegaard, pero nadie ha estado dispuesto a llegar hasta donde el Real Madrid. El caso de Lucas Silva no es muy diferente, aunque el dinero que ha costado suponía un impedimento mucho mayor para todos los clubes.
Sin embargo, el gran lastre que pesa sobre el Barça sigue siendo la sanción que le impuso la FIFA, aunque muchos no lo quieran ver. De hecho, el diario Sport se empeña en afirmar que el futbolista, tentado por el Madrid y por otros clubes europeos, estaba dispuesto a esperar un año más en el Cruzeiro para fichar por el Barça. “Lucas Silva prefería vestirse de azulgrana”. Además, el club brasileño también vería con buenos ojos que su estrella aguantase un año más en su disciplina para poder luchar con todo por la Libertadores.
En cambio, la operación no se habría producido con fecha de 2016 porque los informes que maneja el club catalán sobre él no son del todo favorables. Le definen como “un buen chaval», pero poco más. Consideran que es una auténtica locura pagar ese dinero por un futbolista que no ha debutado con ‘la canarinha’ en categoría absoluta y se olvidan de su jueventud y de que ni Scolari ni Dunga fueron nunca amantes del fútbol de toque.
«Lucas Silva es demasiado blando para jugar como mediocentro en Europa, defensivamente no se puede comparar con Busquets, y arriba nunca va a tener la calidad de Xavi, Iniesta o Rakitic. No es un jugador para este Barça», rezaba el supuesto informe del ojeador enviado por el club catalán para verle de cerca.
Además, se atreven a decir que el club quería vender al jugador al Barça por 10 millones, cuando el Real Madrid habría pagado los 15 de su cláusula de rescisión (aunque la mayoría de los medios hablan de 13 o 14 millones). Las entidades brasileñas estarían molestas por la “actitud colonizadora” del Real Madrid y valoran mucho más la forma en la que el Barça ha influido en la zona, que presuntamente es muy positiva.
En resumen, los medios culés ven otra vez a su equipo en forma y quieren desestabilizar al Madrid a cualquier precio. No obstante, solo el tiempo dirá si un chaval tan joven vale a la larga para jugar el gigante blanco. Ahora lo que toca es cargar tintas contra Cristiano Ronaldo y con muchísima más razón.
Ya que no pueden presentar a fichajes de su gusto, ni fantasear sobre futuras llegadas, hay que poner pegar a las del eterno rival. A todo esto, el Barça sigue sin director deportivo y alguno todavía se tira de los pelos cuando ve a Kroos de blanco.