Misma hora, mismo escenario e idéntica situación que siete días atrás. En el Vicente Calderón las sensaciones eran muy semejantes a las vividas ante el Málaga. El triunfo ‘in extremis’ del Real Madrid obligaba al Atlético de Madrid a conseguir una incipiente victoria, para después esperar un tropiezo del Barcelona ante el Betis. Sin embargo, con el duelo de Champions en el horizonte, Diego Pablo Simeone trazó numerosos cambios: del duelo ante el City solo repitieron Oblak, Juanfran, Jiménez y Gabi. El Rayo Vallecano partía con todas sus armas para erigirse como juez de la Liga.
El Atlético, superior en el inicio
Tan sólo habían transcurrido quince minutos cuando llegó el primer aviso del Rayo. Bebé conectó con Jozabed, que disparó con mucha rosca sin alcanzar la meta de Oblak. Sin embargo, el conjunto rojiblanco pronto dio un paso al frente gracias a un enchufado Correa, que volvió a reclamar un sitio en el once. El argentino, dentro del área, remató con mucha intención pero Juan Carlos, con una mano prodigiosa, logró mantener las tablas en el marcador.
El Atlético aprovechó la inercia de esa ocasión para encerrar al equipo de Paco Jémez, que concedía demasiados balones por banda, donde reside la mayor virtud de los locales. Como es habitual, el Rayo mantenía las líneas adelantadas, una fórmula peligrosa pero que sembró sus frutos: el atlético cayó constantemente en fuera de juego, en cada balón largo a la espalada que trazaba. Sin embargo, alcanzado el ecuador del primer tiempo, ningún equipo logró crear más peligro.
El Rayo, sólo a la contra
El equipo dirigido hoy desde la banda por el 'Mono' Burgos mantenía la posesión sin aparente dificultad, pero era incapaz de aprovechar la verticalidad de Vietto y Correa. Óliver, el encargado de poner algo de magia en el choque, rindió por debajo de lo esperado, hasta el punto de generar el murmullo en la grada. El Rayo se hizo fuerte en el centro del campo y se preocupó únicamente de salir rápido con el esférico. Y a la contra, los visitantes, pudieron sorprender, pero el centro de Embarba fue bien rechazado por la zaga. El Atlético, lleno de imprecisiones, fue incapaz de cambiar el rumbo antes del descanso.
Responden los de siempre
Simeone no vislumbraba un buen horizonte desde la grada y apostó por introducir a Koke en el inicio del segundo periodo. El encuentro, como si atravesara los minutos finales, se convirtió en un ida y vuelta constante. Y el que mejor parado pudo salir fue el Rayo, pero Javi Guerra y Quini estuvieron desafortunados. El Atlético seguía sin hallar la fórmula para adueñarse del centro del campo y crear peligro en el área rival, hasta que los de siempre acudieron al rescate.
Griezmann y Torres saltaron al césped y en apenas un minuto revirtieron la situación. Crespo despejó un balón que quedo muerto en la frontal y el francés, en la primera vez que entraba en contacto con el balón, golpeó con potencia para obrar el primer tanto del encuentro. Después surgieron los mejores minutos de los colchoneros, que encontraron en el ariete de Fuenlabrada los desmarques y la velocidad que escaseaban entre Vietto, Gabi y Óliver, que fueron los sustituidos.
El partido, abierto
La diferencia, de sólo un gol, no permitió respirar tranquilo al aficionado rojiblanco. Jémez era consciente de que aún se podía sumar un punto en la lucha por la salvación e introdujo al campo a Piti y Quini, dos hombres de vocación ofensiva. El Rayo logró sobrepasar la línea del centro con el balón controlado y por momentos se adueño de la posesión. No obstante, los visitantes no encontraban crear excesivo peligro sobre la meta de Oblak, gracias a una defensa bien plantada. La mejor la tuvo Torres, que cuando sólo restaban veinte minutos pudo firmar la sentencia, pero erró en el mano a mano ante Juan Carlos.
Triunfo sufrido
El Atlético no pudo evitar dar un paso atrás para asegurar el resultado y eso pudo conllevar una desgracia. El Rayo dio un paso al frente y merodeó de forma constante el área rival, pero como casi todo el encuentro, sin inquietar a Oblak, que por cierto volvió a responder por alto en cada corner. El pitido final del colegiado volvió a desatar la locura en el Calderón, donde sueñan con otro doblete. De momento, es líder en Liga a expensas de lo que haga el Barcelona, y el martes se juega el pase a la semifinal de la Champions.