Franck Ribéry vivía su mejor momento hace tres años, cuando consiguió el triplete con el Bayern de Múnich y llegó a estar en el podio del Balón de Oro junto a Messi y Cristiano Ronaldo. Sin embargo, su carrera deportiva se convirtió en una pesadilla, justo cuando Pep Guardiola llegó al club bávaro.
Las lesiones le lastraron muchísimo y la relación con el entrenador catalán siempre destacó por sus grandes altibajos. Por eso, el dominador absoluto de la Bundesliga decidió el año pasado apostar por Coman y Douglas para relegar a su estrella a un rol secundario. Sin embargo, en las semifinales de la Champions frente al Atlético de Madrid se volvió a ver que el veterano francés todavía destaca por su capacidad de desequilibrio.
No obstante, en una entrevista concedida a la revista Kicker, el futbolista de 33 años ha dejado entrever que más allá de las cuestiones físicas, el año pasado también se sintió coartado en el aspecto mental. «Me siento libre y plenamente motivado. Carlo Ancelotti es un regalo para el club y desde que ha llegado me siento con más confianza».
De esta manera, envió un recado claro a Guardiola, al que no mete dentro del saco de entrenadores que le han hecho mejor a lo largo de su dilatada carrera en Alemania. «Me hace falta alguien como él, Jupp Heynckes u Ottmar Hitzfeld. Necesito esta confianza para dar lo mejor de mí», opinó el hombre que renunció hace años a defender la camiseta de la selección francesa.
De hecho, tras tres años de fracasos en la Champions League, Ribéry cree que con el exentrenador del Real Madrid al frente se vuelven a multiplicar su opciones. «Todo depende de cosas como la confianza, el respeto y la cercanía. A partir de ahí, no sólo puedo dar el cien por cien, sino el 150 por ciento. Con Ancelotti, podemos esperar cualquier cosa grande y estoy impaciente por ello».
Felipe Poza