La tarde se tiñó gris para el Barcelona al comienzo del duelo. Con el cielo encapotado, comenzó a caer con fuerza la lluvia. Era un día de trabajo para los de Luis Enrique, y muy pronto se dieron cuenta. Denis Suárez tuvo una gran ocasión en un acercamiento multitudinario de los arietes azulgranas, pero el Athletic pronto tomó el peso del partido. Con rápidas transiciones, los rojiblancos incomodaron a un Barcelona que no mostraba muchas garantías en defensa. Y los problemas se agravaban con una amarilla a Umtiti por clara mano.
A la carrera, siempre con Iñaki Williams como principal puñal, encontró los espacios el Athletic. Ni Jordi Alba podía frenar el empuje del delantero. Eso sí, la mejor oportunidad para los vascos llegó tras un error manifiesto de Ter Stegen. El guardameta alemán se equivocó en la entrega y Beñat se plantó sólo frente a él. En el mano a mano el portero enmendó su error, gracias en parte a la poca habilidad del centrocampista para definir. Sea como fuere, el Athletic declaraba su dominio.
El dominio, en cambio, no garantiza nada. Ni las ocasiones, tampoco. Importan los goles, y ahí el Barcelona evidenció una mayor efectividad. En una jugada volcada en el costado izquierdo, Arda Turán refrendó su buen inicio de campaña con una gran asistencia para Rakitic. El croata, que ya había avisado minutos antes, llegó desde atrás y con un buen cabezazo perforó la portería defendida por Iraizoz, para éxtasis de Luis Enrique.
Ahí cambió el encuentro. El Barcelona frenó ese auge inicial del Athletic y llegó con frecuencia al área rival, aunque sin excesivo peligro. El conjunto de Valverde, tras unos minutos con una marcha menos, se lanzó al ataque al filo del descanso. Aduriz y Beñat probaron suerte desde la frontal sin fortuna. El Athletic demostró su capacidad para sorprender también con posesiones largas. Sin embargo, esa chispa que le faltó en los metros finales propició que el colegiado señalara el final con el 0-1 en el marcador.
La equidad que primó en el primer tiempo, se prolongó al segundo envite. Salió mejor el Barcelona, que logró sostener la posesión como no lo había hecho en los cuarenta y cinco minutos previos. Eso sí, en zona de tres cuartos de campo los arietes seguían sin acertar. La elección casi siempre era la errónea. Y aun así los azulgranas pudieron sentenciar el choque. Suárez y Messi llegaron con peligro, pero pocas veces sucede, ambos no acertaron en la definición.
Minutos después llegó la reacción del Athletic, que acusó una menor participación de Williams en el segundo tiempo. En cambio, en cuanto apareció el delantero, los vascos retomaron su juego directo. Aduriz, ausente hasta esos instantes, comenzó a tomar protagonismo. Ambos lo intentaron desde lejos ante la imposibilidad de penetrar en la zaga azulgrana, pero Ter Stegen siempre respondió, La sensación era clara: el Barcelona podía sentenciar el choque a la contra.
El marcador, en cambio, dictaba una distancia mínima que hacía peligrar el triunfo catalán. Suárez pudo poner el punto y final, pero tras un regate de ensueño no encontró portería pese a la ínfima distancia. Y tanto error fue un impulso para el Athletic, que a base de trabajo se mantuvo en la batalla hasta el final, siempre consciente de las posibilidades reales de sacar algo positivo. La ocasión más clara para los de Valverde llegó por medio de Beñat a balón parado. El lanzamiento de falta del centrocampista rozó el poste del portero alemán, que hizo la estatua. También hubo tiempo para la polémica, con una acción de Rakitic y Muniain en el área blaugrana, donde el colegiado no vio nada punible.
Fue la última acción a destacar antes de la conclusión del partido. Un envite sufrido para el Barcelona, que fue sometido por momentos al dominio del rival. El conjunto de Luis Enrique responde así al triunfo que cosechó el Madrid el pasado sábado y también se mantiene invicto en la tabla con seis puntos tras dos jornadas. El Athletic, al contrario, se marcha de San Mamés con cero puntos en el casillero.
Alberto Puente