Hasta hace no mucho, Sebastian Vettel era como el sheriff Woody de Toy Story. El rey de la Fórmula 1, un perfecto vaquero imposible de superar. De hecho, sus manos y el gran Red Bull que manejaba le llevaron a acumular cuatro títulos consecutivos, cuando era prácticamente un niño. En cambio, este ‘juguete’ del Gran Circo se hizo mayor y vio cómo los intereses comerciales de la competición le devoraron. Las reglas del juego cambiaron y eso permitió que Hamilton y Mercedes se convirtieran en los dominadores absolutos.
Pese a todo, Vettel pensaba que todavía era el niño mimado de la Fórmula 1 y se fue a Ferrari en busca de una alianza imparable, pero se encontró con una gran decepción. De hecho, en su segunda temporada de rojo parece ser consciente de que Buzz Lightyear ha llegado para destronarle definitivamente. El astronauta no es otro que Max Verstappen, un hombre que vuela mucho más alto que él y que da un espectáculo fuera de su alcance. La carrera del neerlandés en Interlagos fue de las que hacen historia y ya pocos se acuerdan de las remontadas de ‘Seb’ en la etapa de Red Bull.
Además, Vettel en este momento está fuera de lugar, ya que Hamilton es el piloto del presente, Verstappen es el conductor del futuro y Alonso es el veterano genio dormido del que muchos piensan que todavía es el mejor. Es difícil de explicar cómo la crítica se ha olvidado tan pronto de un hombre que no hace mucho ganó cuatro títulos.
Asimismo, Rosberg puede ganar este campeonato y robarle una buena cuota de protagonismo incluso en Alemania. Por todo eso, Vettel se siente como un juguete viejo y paga su impotencia con insultos. Ha intentado intimidar a Verstappen con todo tipo de descalificaciones, pero el joven no se arruga y responde con fiereza. «Debería volver al colegio para aprender educación», explicó el piloto de Red Bull.
Por otro lado, los aficionados de todo el mundo ya están claramente posicionados a favor del actual piloto de Red Bull. De hecho, Briatore parece resumir el sentir general entre los que aman este deporte. “Verstappen me recuerda a la versión joven de Michael Schumacher y Fernando Alonso. Ha traído energía nueva a este deporte, y ya hacía falta. Criticarle por hacer un pilotaje espectacular es ridículo“.
Demasiados damnificados por culpa de su ira
Pero a Vettel le fastidia especialmente que un piloto sea capaz de superarle con el coche que él mismo despreció y que incluso pueda adelantarle en la clasificación general, a pesar de que corrió algunas carreras con Toro Rosso. Además, tampoco le hace mucha gracia que Alonso, ex de Ferrari, sea capaz de meterle el morro de vez en cuando con un monoplaza muy inferior.
Los insultos y maniobras extrañas contra el asturiano se hacen ya demasiado frecuentes, pero parece que la paciencia del español empieza a llegar a su límite. “Había una escapatoria de asfalto y no pasó nada. Si hubiera un muro, o me voy contra el muro o me voy contra él. Seguramente sea lo que haga la próxima vez, me voy contra él y él perderá más puntos que yo. Te vas por la escapatoria de asfalto y no pasa nada. Habrá un día en el que alguien se vaya contra él para que sepa que el circuito es de todos», explicó el piloto de McLaren tras su último encontronazo.
Además, Felipe Massa, Carlos Sainz o Sergio Pérez también han sido víctimas de su lengua viperina en los últimos tiempos. En cambio, Vettel terminó de traspasar la línea en el último GP de México, cuando antes de escuchar la decisión final de los comisarios la tomó con Charlie Whiting. Por todo eso, la organización le vigila y Ecclestone le deja claro que no es un producto necesario para la Fórmula 1. “Vettel no es Michael Schumacher. Él era especial», comentó el magnate octogenario.
Por supuesto, de su época en el equipo de la bebida energética tampoco guarda ningún buen recuerdo con Ricciardo, mientras que sorprende que se lleve bien con Raikkonen, otro hombre que no se entiende con nadie en la parrilla. Hamilton y Rosberg tampoco tienen problemas con él porque es un cómodo oponente que ni siquiera les llega a toser.
Por último, Vettel ya no es ni siquiera indiscutible en su propia casa, puesto que las críticas en Italia ya le llegan desde todos los frentes e incluso muchos reconocen que añoran a Fernando Alonso. «Está claro que Ferrari necesita a un piloto de éxito», apuntó hace pocas semanas el Corriere della Sera. El germano termina el contrato en 2017 y ni siquiera sus jefes ponen la mano en el fuego por él. «Vettel tiene que ganarse el sueldo, como todos», contestó Arrivabene cuando le preguntaron por su renovación.
Felipe Poza