El ánimo en Zaragoza está muy caldeado en torno al fútbol, puesto que el equipo no termina de dar lo que se espera de él. De hecho, todavía escuece el set que le endosó el Llagostera en la última jornada del año pasado. El histórico club encara su cuarta temporada consecutiva en Segunda y la afición empieza a estar ya cansada de los intentos frustrados de ascenso.
Además, en esta temporada los maños continúan con una marcha tan irregular que hace unas semanas la directiva decidió destituir a Luis Milla. Sin embargo, la dinámica con Raúl Agné tampoco es brillante, puesto que este domingo perdieron en el Coliseum Alfonso Pérez frente al Getafe. Pese a todo, son décimos y están a tan solo dos puntos de los puestos de promoción.
Pero por desgracia, el fútbol quedó en segundo plano en el sur de Madrid esta tarde, ya que los violentos volvieron a sembrar el pánico en las calles. En principio, se había especulado con que los ultras del Zaragoza se habían peleado con los del Getafe, pero lo cierto es que la batalla enfrentó a dos facciones de ideologías diferentes dentro de los forofos maños. El Ligallo y el Avispero no pudieron soportar la tensión existente entre ellos y comenzaron a lanzarse sillas y golpes, mientras que los vecinos observaban todo con estupor.
Por su parte, la directiva blanquilla ha emitido un comunicado en el que lamenta profundamente lo sucedido. «En relación con los incidentes ocurridos entre diversos grupos de seguidores zaragocistas antes de la disputa del partido entre el Real Zaragoza y el Getafe, de los que ha tenido conocimiento el club, el Real Zaragoza va a recabar toda la información que le permita aclarar estos hechos. Y así, al mismo tiempo, podrá adoptar las medidas oportunas para atajar este tipo de comportamientos, que condena enérgicamente», dice el texto difundido por el club.
Felipe Poza