Cléber Santana apuraba sus últimos años como jugador profesional en el Chapecoense a sus 35 años. Llegó al modesto club brasileño después de triunfar en gigantes del fútbol de su país como el Sao Pulo, el Flamengo o el Atlético Paranaense, pero antes de todo se dio a conocer en el Santos, donde sus actuaciones le sirvieron para que le fichara el Atlético de Madrid.
No terminó de cuajar como colchonero, aunque llegó a disputar 63 partidos con la camiseta rojiblanca en los que marcó un único gol desde julio de 2007. Además, con el Atlético jugó varios encuentros en la Champions League, aunque su mejor año en España lo pasó en el Mallorca como cedido. Como bermellón, jugó 40 partidos en los que marcó seis goles. En esa etapa se mostró como un centrocampista de muchísima presencia física y con calidad para tocar el balón, prueba de ello fue el golazo que le marcó al Real Madrid en aquella temporada. También consiguió hacerle gol al Barcelona en una jugada a balón parada. El Atlético pagó ocho millones de euros por él y lo traspasó por un millón y medio.
En cambio, Cléber no consiguió ganar títulos importantes en toda su carrera, ya que se marchó del Atlético en enero de 2010 y el equipo conquistó su primera Europa League al término de esa misma temporada. Por eso, viajaba a Colombia a jugar el partido más importante de su vida cuando menos se lo esperaba. El Chapecoense iba a disputar la final de la Copa Sudamericana, algo inesperado cuando Cléber llegó al club en junio de 2015 en lo que parecía un paso previo a la retirada.
Por eso, el futbolista vivía con una intensidad especial las horas previas al partido porque sentía que se jugaba mucho en este encuentro. De hecho, el mensaje que escribió en su cuenta de Instagram, justo antes de que el avión siniestrado despegase, tiene varias lecturas. “En las vidas que viva, en todas te amaré”, comentó en una foto de Instagram en el que se veía al jugador en uno de los asientos de la aeronave. #PartiuFazerHistoria #NossoCapitão #MelhorIdolo fueron los hashtag que utilizó para acompañar al texto.
Felipe Poza