El Real Madrid sale fortalecido del primer Clásico del año en el Camp Nou (1-1), gracias a un tanto de Ramos en el último suspiro. De esta forma, los de Zidane mantienen su ventaja de seis puntos en lo más alto de la tabla, tras dar una muy buena imagen en su visita a su eterno rival. El punto sabe a gloria para los merengues porque parecía completamente perdido, pero también es cierto que durante gran parte del encuentro merecieron la victoria.
El partido se puede resumir simplemente, puesto que cada equipo fue mejor en uno de los dos tiempos y el resultado fue justo. Sin embargo, el Madrid solo fue inferior tras recibir el golpe anímico del primer gol del encuentro, que marcó Luis Suárez en posición adelantada. Hasta ese momento, el líder manejaba con autoridad a un equipo sin Andrés Iniesta y sin ningún centrocampista a la altura de los madridistas. Tras el tanto, el albaceteño salió al campo y el panorama cambio muchísimo
El Real Madrid tuvo más oportunidades a lo largo del partido, pero Messi y Neymar pudieron matar el partido en manos a mano clarísimos que enviaron al limbo, cuando su equipo pasaba por su mejor momento. Dejaron con vida a los blancos y lo terminaron pagando gracias a un enorme Sergio Ramos, que volvió a conectar un maravilloso cabezazo en el tiempo de descuento.
Luis Enrique decidió no forzar con Andrés Iniesta y sacó a André Gomes en su posición, mientras que Zidane tampoco se atrevió con Casemiro y utilizó a Isco y a Kovacic en el centro del campo. Sin embargo, el partido comenzó con los dos equipos más preocupados por contrarrestar las virtudes de su rival que por atacar sin complejos.
Por eso, en la primera parte se vio mucha más intensidad en el centro del campo que jugadas de peligro en las áreas. No obstante, poco a poco el Madrid impuso su fortaleza en el centro del campo, mientras que los azulgranas perdían demasiados balones y ni siquiera llegaban a inquietar a Keylor. En cualquier caso, las llegadas de los blancos fueron realmente tímidas, puesto que solo Cristiano en un par de ocasiones y Varane a la salida de un córner consiguieron probar a Ter Stegen con lanzamientos centrados. Además, Clos Gómez no se libró de la polémica arbitral ya que pudo pitar un penalti en cada área. Nada más empezar, Mascherano tiró a Lucas Vázquez y poco antes del intermedio Carvajal tocó el balón con el brazo.
El árbitro no estuvo nada acertado
Además, el Madrid empezó con la misma jerarquía en la segunda parte, pero se encontró un duro golpe en una jugada a balón parado. Neymar sacó la falta lateral y Luis Suárez solo tuvo que poner la cabeza delante de las barbas de Varane para abrir la lata, aunque el uruguayo estaba en posición de fuera de juego
Con ese tanto, el Madrid se vino abajo por momentos y Luis Enrique decidió meter a Iniesta en el campo para que su rival empezase a buscar sombras. De hecho, Neymar pudo sentenciar el encuentro en un lance en el que sentó a Carvajal, pero su disparo se fue por encima del larguero de la portería defendida por Keylor Navas.
Por otro lado, Messi también disfrutó de una ocasión clarísima en una jugada en la que Iniesta le dejó completamente solo, pero el argentino la cruzó demasiado ante la salida de Keylor Navas. El Madrid estaba grogui sobre la lona en esos minutos, pero los azulgranas no terminaron de matar el encuentro y en los últimos minutos el Real Madrid siempre se mueve mejor ante la necesidad.
Zidane sacó a Asensio y Mariano para morir en ataque y sus jugadores se volcaron en busca de lo que cada vez parecía más imposible. Marcelo encontró a Cristiano en una posición inmejorable, pero Jordi Alba tapó su cabezazo cuando el balón ya entraba en la portería. Pero poco después, una falta lateral lanzada por Modric encontró un cabezazo nítido de Sergio Ramos ante el que nada pudo hacer Ter Stegen. Los jugadores blancos enloquecieron en la celebración, pero en la siguiente aproximación el Barça estuvo muy cerca de rescatar la victoria en otro lance a pelota parada en el que Keylor salió de su portería y Casemiro tuvo que sacar el balón bajo palos tras un cabezazo de Sergi Roberto en la frontal.
Felipe Poza