El Barcelona superó al Borussia Mönchengladbach en el Camp Nou (4-0), mientras que el Atlético cayó frente al Bayern en Múnich (0-1) en dos partidos en los que los equipos españoles dejaron sensaciones muy diferentes. Los dos llegaban con la primera plaza del grupo ya garantizada, pero con la necesidad de ganar para calmar el pesimismo existente en torno a su fútbol en las últimas semanas.
El regreso de Iniesta sirvió para que el resto de jugadores azulgranas recordaran el estilo que les hizo grandes hace no mucho, mientras que ni Griezmann ni ninguna de las estrellas colchoneras se encontraron a sí mismos en ningún momento porque el Bayern monopolizó la posesión. En cualquier caso, el Atlético solo perdió debido a una genialidad de Robert Lewandowski, cuando la otra gran noticia para el Barcelona es que Arda marcó tres tantos y también puede ser un jugador muy aprovechable, por mucho que Luis Enrique le haya dado menos oportunidades que a otros en las últimas jornadas.
El Cholo Simeone apostó por un once con muchas variantes, para solventar un compromiso en el que realmente no se jugaba gran cosa. Dejó a Gameiro en el banquillo porque pensaba que este podía ser un encuentro perfecto para Gaitán, pero se equivocó por completo en su planteamiento inicial. De hecho, el jugador argentino estuvo realmente perdido, ya que sus compañeros no tuvieron la posesión del balón, mientras que el francés podía haber sido mucho más útil para explotar la contra. En el partido anterior frente al Espanyol, con un planteamiento ultradefensivo por parte del Quique Sánchez Flores, el entrenador no supo ver que el exsevillista no tendría tantas ocasiones para explotar su velocidad y sí le otorgó la titularidad. El técnico parece haber perdido en los últimos encuentros su don infalible para leer la mejor estrategia posible para ganar los partidos.
Este martes el Atlético no empezó del todo mal, pero en todo momento el peso del encuentro recayó en los futbolistas del equipo local. Sin embargo, Carrasco tuvo dos buenas oportunidades para adelantar a los suyos con dos remates claros a los que no dio mucha dirección y Neuer los pudo atrapar sin problemas.
No obstante, con el avance de la primera mitad, el Bayern empezó a crecer y pudo adelantarse por medio de Douglas Costa en una jugada con rebotes en la que Oblak logró despejar. Sin embargo, el guardameta no pudo hacer nada para evitar el tanto de Lewandowski en una falta lanzada a la perfección por el polaco a la mismísima escuadra. Carrasco cometió una infracción absurda en el borde del área y eso le costó muy caro a su equipo.
Asimismo, la imagen de los rojiblancos tampoco mejoró en los primeros minutos de la primera mitad, cuando Robben pudo matar el partido en una contra clarísima, pero se entretuvo demasiado y ni siquiera llegó a disparar. Además, el jugador holandés no estuvo nada elegante en la jugada posterior, cuando dejó un piscinazo tremendo ante un ligero contacto con Savic en las cercanías del área.
Los rojiblancos mejoraron algo con la salida de Gameiro, Correa y Thomas al campo, pero tan solo pudieron amagar con su reacción, ya que no tuvieron ninguna profundidad. En cambio, Thiago pudo matar el partido en una jugada en la que Douglas Costa le sirvió el gol en bandeja, pero el jugador español envió el balón por encima del larguero de forma inexplicable. Finalmente, el encuentro murió sin ninguna tensión.
El Barça no tuvo rival
Por su parte, el Barcelona fue muy superior al Borussia Mönchengladbach desde el primer minuto del partido. Andrés Iniesta no fue decisivo en los últimos toques en los goles, pero lo cierto es que dio al equipo otra cara en la salida del balón y con eso permitió que todos sus compañeros mostraran una cara mucho más ofensiva que la que exhibieron en los últimos partidos sin él.
De hecho, resulta increíble ver cómo un equipo se puede transformar completamente por el concurso de un solo futbolista, aunque este martes Luis Enrique realizó muchísimas rotaciones y sacó al campo a todos los fichajes de este año y a los dos del año pasado en un once inédito en el que no pudo faltar Messi.
El argentino adelantó a los suyos gracias a un gran pase atrás de Arda Turan y después el turco firmó un sorprendente triplete para acallar las críticas que le habían caído por cometer la falta que significó el gol de Sergio Ramos en el Clásico. El exrojiblanco marcó de cabeza el primero y con dos toques sutiles los otros dos tantos. Denis Suárez le asistió en la primera ocasión, Aleix Vidal le sirvió el segundo y Alcácer hizo lo propio en el último, aunque el valenciano se fue una noche más con su cuenta a cero.
Felipe Poza