La desesperación se ha apoderado por completo del Valencia y de su afición. Los números del conjunto che en la presente temporada no están siendo los esperados al inicio de la misma, en la que el objetivo principal marcado fue el de finalizar el campeonato entre los cuatro primeros para retornar a la Champions y recuperar la tan ansiada estabilidad que tanto tiempo lleva buscando.
Los hombres de Prandelli encadenan siete encuentros sin conocer la victoria en Liga, en los que ha cosechado cuatro derrotas (ante el Barcelona, Celta, Sevilla y Real Sociedad) y tres empates (frente al Deportivo, Granada y Málaga). Como consecuencia de ello, el equipo se encuentra en una situación extremadamente delicada, empatado a 12 puntos con el Sporting, que ocupa la antepenúltima plaza de la clasificación marcando los puestos de descenso.
Las incorporaciones de Nani, Medrán, Montoya, Mario Suárez, Munir, Mangala y Ezequiel Garay fueron vistas con muy buenos ojos por la afición de Mestalla, que veía en ellos la solución a los problemas que llevan arrastrando desde el inicio de la pasada campaña liguera. Si embargo, la ilusión de los valencianistas se fue diluyendo poco a poco a la vez que el enfado aumentaba por los malos resultados de los suyos jornada tras jornada.
Paterna se convirtió en un iniferno
Tras la derrota del pasado sábado en Anoeta, la expedición valencianista regresó a la Ciudad Deportiva de Paterna para que los jugadores recogieran sus pertenencias y sus respectivos vehículos. Fue entonces cuando el grupo radical del Valencia 'Ultra Yomus' esperó la llegada del equipo con el objetivo de protestar y reprochar la actitud de los futbolistas con actos violentos (golpes al autobús, numerosos insultos, amenazas y presencia de botes de humo).
El club colgó un comunicado en su página web y en las redes sociales asegurando que tomarán medidas al respecto: denunciará ante la Policía Nacional los incidentes y buscará la colaboración de las fuerzas policiales para identificar a los radicales.
La realidad del Valencia es más que preocupante tanto en lo que respecta a la directiva como al equipo. Alcanzar los puestos europeos se ha convertido en una auténtica utopía a pesar de que queda más de una vuelta para la finalización del campeonato. Es tan alarmante la situación que muchos son los seguidores que creen que el equipo debe pensar únicamente en salvar la categoría y dejar de lado entrar en Champions o en Europa League.
Sin Liga hasta el 2017
El Valencia no jugará ante el Real Madrid el próximo fin de semana por el Mundialito de Clubes que los de Zidane disputarán en Japón, por lo que un empate o victoria del Sporting ante el Villarreal en El Molinón haría que el conjunto che se fuera a Navidades en puestos de descenso a Segunda División. La disputa del encuentro ante el conjunto merengue apunta al 22 de febrero.
Tras la vuelta de vacaciones, los de Prandelli afrontarán los últimos tres partidos como si fueran auténticas finales: en la jornada 17 visitarán El Sadar para medirse a un Osasuna en apuros y necesitado de puntos; en la 18 recibirán en Mestalla a un Espanyol motivado en busca de los puestos de Europa League; y en la 19 disputarán el derbi ante el Villarreal en El Madrigal.
Calendario complicado para un Valencia que necesita volver a la senda del triunfo lo antes posible para recuperar la esencia perdida y romper con la inestabilidad que le está destrozando en todos los aspectos. Actitud y profesionalidad son las principales armas para revertir la dramática situación por la que atraviesa el conjunto de la capital del Turia.
David Batalla Bernabeu