James Rodríguez llegó al Real Madrid en el verano de 2014, tras disputar un Mundial de ensueño con Colombia. Sin embargo, los 80 millones de euros que pagaron por él siempre pesaron demasiado a la hora de evaluar su rendimiento, pero lo cierto es que en su primera temporada con Ancelotti sus números fueron admirables. Disputó más de 3.500 minutos, marcó 17 goles y repartió 18 asistencias entre todas las competiciones, a pesar de que se perdió más de diez partidos por culpa de una lesión.
No obstante, en el primer partido de Benítez al frente del Real Madrid ya fue suplente y después sufrió un problema muscular que le apartó del equipo durante otra decena larga de encuentros. Se recuperó de esa dolencia, pero el técnico madrileño no terminó de confiar en él. Jugó muchos partidos de titular en esa época, pero casi siempre fue el primer sustituido, hasta que en el choque contra el Valencia (el último de la era Benítez) no disfrutó de un solo minuto.
De hecho, durante esa etapa, James protagonizó su famoso incidente con la Policía, cuando circuló a más de 200 km/h y se negó a parar cuando la Policía le dio el alto. «Hablamos de un tema privado. James es un buen chico, nos lo ha explicado y no hay nada más que decir», dijo Benítez para zanjar el tema. En cambio, lo que el entrenador no le perdonó fue otro tema relacionado con su pérdida de protagonismo en el equipo. Benítez dijo que sus continuas sustituciones se debían a que todavía no estaba al 100% tras su reparación, ya que tenía que recuperar el tono físico, mientras él declaró públicamente que podía haber jugado 15 días antes.
De alguna manera, James sentía que no tenía la consideración de estrella que merecía y que otros jugadores hubieran gozado de los 90 minutos nada más tener el alta médica. Por eso, se comentó que la salida del entrenador estuvo en cierto modo forzada por el ‘10’, que en un primer momento celebró la llegada de Zidane.
Sin embargo, en los primeros partidos con el técnico francés tampoco fue titular y la distribución de sus minutos fue muy similar a la de la etapa de Benítez. Estuvo en el once de los octavos de la Champins, pero una vez que Bale se recuperó de la lesión que sufrió entonces y ‘Zizou’ comprendió que su esquema tenía que cambiar para que entrara Casemiro, James ya no cabía en el equipo.
Así las cosas, es cierto que con Ancelotti jugó el doble que con Zidane, pero cuando dos entrenadores tienen la misma visión de un jugador puede ser que haya motivos reales para pensar que no merece jugar. Además, la sombra de sus salidas nocturnas todavía le castiga y sus últimas declaraciones tras el triunfo en el Mundial de Clubes tampoco le ayudan para nada.
Un problema de humildad
«Yo quiero quedarme, estoy siendo feliz aquí, pero quiero jugar más. Yo estoy feliz aquí, todos los que están cerca mío también. Si uno quiere jugar más hay que pensar bien todo y buscar salidas. A veces no se da todo como uno quiere, pero hay que estar tranquilo y tengo siete días para pensar bien todo», comentó el mediapunta en un mensaje que sonó a amenaza. Ramos le recriminó por ello y le recordó que no era el momento de hablar de eso.
Además, James solo declaró ante los medios americanos y se negó a hacerlo ante los españoles, en un claro síntoma de que busca una confrontación clara porque considera que existe una corriente de opinión en su contra. El jugador tendría ofertas del Manchester United, el Chelsea, el PSG, el Inter de Milán y la Juventus, pero debería de saber que el Madrid no es muy partidario de dejar salir a nadie en el mes de enero.
Si no llega una oferta mareante, el jugador se quedará señalado hasta final de temporada, con el público en contra. Zidane ya dijo hace una semana que no quiere que el colombiano se marche, pero el jugador tiene que comprender de una vez en el equipo en el que juega. James está dolido porque no tiene la consideración de estrella que tendría en cualquier otra parte pero, salvo en el Barcelona, en ningún otro equipo tendrá al lado a hombres de la talla de Bale o Cristiano.
Por otra parte, a eso hay que unirle que con el esquema de tres jugadores en punta, se hace imprescindible el concurso de un pivote defensivo y eso le cierra mucho las opciones. Además, otros jugadores como Isco, Kovacic o Lucas Vázquez, que en principio partirían por detrás, han demostrado que tienen muchísima más humildad a la hora de luchar por un puesto y le han adelantado por la derecha. Ellos saben que el Real Madrid ficha todos los años y que en este equipo casi nadie tiene el derecho de considerarse titular por derecho propio.
Felipe Poza