Luis Enrique Martínez y Quique Sánchez Flores coincidieron en su etapa como futbolistas durante dos temporadas en el Real Madrid. Entre el año 1994 y 1996 los dos formaron parte del vestuario que en 1995 consiguió ganar la Liga a las órdenes de Valdano. El asturiano llevaba tres años en el equipo cuando el futbolista procedente del Valencia fichó por el equipo de la capital, pero ambos abandonaron el equipo en la misma temporada.
Sin embargo, la relación entre ambos tuvo un punto de inflexión porque el jugador que decidió fichar poco después por el Barça acusó a Quique de ser el topo que filtraba la información a la prensa. Valdano no pasaba por aquel entonces por su mejor momento y el asturiano, junto con otros miembros del equipo, pensaba que las críticas venían motivadas por las palabras que Quique le decía a los medios en privado.
Por todo esto, según cuenta José Ramón de la Morena en Onda Cero, una partida de cartas protagonizada por Michel, Cañizares, Luis Enrique y Quique terminó de la forma más tensa posible. Uno de ellos dijo que en la mesa se sentaba un topo, el actual técnico del Espanyol no se dio por aludido y pregunto quién era.
Luis Enrique le señaló y a partir de ahí comenzó una acalorada discusión en la que estuvieron muy cerca de llegar a las manos. Además, Luis Enrique aprovechó la ocasión para pedirle a Quique que le devolviera las 5.000 pesetas que le dio con motivo de su boda, ya que todos los miembros del vestuario habían puesto esa cantidad cuando se casó. El exatlético sacó de la cartera el dinero y lo tiró al suelo para que el entonces centrocampista lo recogiera.
La historia parece de patio de colegio y no debería de haber pasado a mayores, pero parece que después de 20 años ambos la tienen muy presente. Los entrenadores se negaron a reunirse en el tradicional saludo de técnicos que se suele celebrar en los días previos al día catalán. Además, también se ignoraron sobre el césped, donde tampoco se saludaron, ni se dirigieron ni una sola palabra.
Felipe Poza