Las alarmas han saltado en el Real Madrid con la preocupante versión que Sergio Ramos ofrece en tareas defensivas. Cinco goles en contra en dos envites, un bagaje que ante Las Palmas fue insalvable. Precisamente ante los canarios, el central volvió a errar atrás, con un nuevo penalti que castigó a los suyos. Pese a que en determinados momentos se ha erigido en héroe, cada vez es más habitual vislumbrar su otra faceta. Sin marcar al rival, descolocado… Una situación que se refleja en los datos. Con él sobre el césped, el equipo blanco encaja el doble de goles y apenas deja la portería a cero.
Diseñado para las grandes citas, el nombre de Ramos está escrito ya en la historia del Real Madrid. Siempre con el gol en la mente, o en su cabeza más bien, aquella que ha atormentado al Atlético de Madrid entre otros, el central se ha mostrado determinante como pocos con el transcurso del tiempo. Se ha erigido en héroe en dos Champions y en una Supercopa, bagaje más que suficiente para contrarrestar su insuficiencia en la zaga, donde el equipo añora aquella figura imponente y rápida, siempre al corte.
Amado y odiado por el mundo a partes iguales, lo cierto es que el español alterna momentos de gloria con actuaciones para olvidar. La balanza siempre se ha decantado hacia el primer aspecto, de ahí que hasta Florentino Pérez cediera el pulso cuando hace dos veranos elevó su ficha hasta los diez millones. Sin embargo, los errores del jugador de Camas no pasan desapercibidos. Ante el Las Palmas, de nuevo naufragó. Provocó el cuarto penalti en contra de su equipo esta campaña, y dejó espacios que los canarias aprovecharon para tomar ventaja. Un calco de lo acontecido ante el Villareal.
Los datos reflejan el perjuicio que supone Ramos a la hora de defender, y la importancia que adquiere para Zidane, que siempre que le ha hecho saltar al campo ha sido como titular. El central suma veinticuatro partidos entre Liga, Champions y Copa del Rey. Y en esos duelos, el Madrid ha recibido 35 goles, una media cercana a 1,5 goles por envite. Una cifra que contrasta y de qué manera cuando miramos cómo les ha ido a sus compañeros sin él sobre el césped. Ramos se ha perdido hasta la fecha trece partidos, en los que el conjunto blanco ha recibido diez tantos, un promedio de 0,75 por duelo.
El agravio comparativo va más allá. Con el capitán en el campo, el Madrid sólo ha dejado la portería a cero en tres ocasiones. Sin él, casi en la mitad de encuentros, lo ha conseguido en cinco ocasiones. Los aficionados ansían la versión heroica y de liderazgo de Ramos, acostumbrado a emerger cuando más se necesita, pero rechazan su faceta despistada en la zaga, donde verle cometer errores de bulto es cada vez más habitual. Sin embargo, resulta complejo que el central separe ambas ‘cualidades’, pues es la misma unión de ambas. El todo y el nada.
Alberto Puente