Han sido reiteradas las ocasiones en las que Cristiano Ronaldo ha afirmado públicamente su intención de mantenerse en la élite hasta los cuarenta años. Su aparente físico avalaba sus palabras, pero los hechos empiezan a dejar ciertas dudas. Tanto él luso como Zidane quieren mantener la banda izquierda como espacio más permanente para sus acciones, pese a la escasa influencia que ahí tiene. Esta temporada el portugués apenas intenta el uno contra uno, como reflejan los datos de la Liga a final de año: 9 en 11 envites hasta el mes de diciembre. Desde entonces, la situación no ha cambiado.
En carrera, de forma manifiesta, también se percibe que el paso de los años ha hecho mella. Los rivales ya no temen sus galopadas. Cristiano, consciente, recurre cada vez más a la posición de nueve, donde su porcentaje de acierto está lejos de ser elevado. Las grandes noches encumbran a esta figura histórica, como la eliminatoria ante Múnich. Un resquicio que le ha permito mantener el cariño de una afición que en muchas ocasiones le exculpa de los males y carga únicamente contra Bale y Benzema.
Pero más allá de posiciones o de protagonismo, la decadencia de Ronaldo se entiende desde los números, ahí donde siempre acostumbra a marcar las diferencias. Esta campaña está lejos de poder presumir. En 3.500 minutos ha aportado 31 goles y 12 asistencias, registros más que notables, pero que se alejan de los que ha cosechado los últimos años. Son sus peores datos desde que fichó por el Madrid. En esta recta final está a tiempo de superar su primera campaña (2009/2010), pero bajo la tutela de Pellegrini sus 33 goles fueron en menos de 3.000 minutos.
Para ver números peores en tiempos similares hay que remontarse casi una década, a su última temporada en el Manchester United. Ahí no alcanzó la treintena pese a superar los 4.000 minutos sobre el césped. Sin embargo, el luso ahí representaba algo más que el gol. Su desborde, y su capacidad de liderazgo pese a su tempranera edad, le convirtieron en el mejor jugador del mundo. También lo es ahora, después, tras recibir el Balón de Oro a comienzos de año. Incluso podría igualar los cinco de Messi si el Madrid finalmente alza el doblete. No obstante, en términos individuales su bajón no se puede discutir.
El transcurso de los años ha hecho mella, como refleja su comparativa con otros de los grandes delanteros europeos. En cuanto a goles creados (tantos y asistencias) sin reflejar los penaltis, ocupaba el decimonoveno escalón hace sólo unos días, según informó la web Transfermarkt. Higuaín, con 29, está a sólo dos goles de alcanzarle. Cavani, Suárez y otros tantos le han tomado ventaja. Aunque es Messi, su principal competidor en la última década, el que le deja en una situación más comprometida. El argentino suma ya 49 tantos, 18 más que el portugués. El nivel colectivo del Madrid rescata a un Cristiano que no registraba peores números desde hace casi una década.
Alberto Puente