Como si de un abrir y cerrar de ojos se tratara, hoy se cumplen diez años del fallecimiento de Antonio Puerta, icono del sevillismo y ángel de la guarda del Sánchez Pizjuán. Es tan rápido el paso del tiempo que parece que fue ayer cuando aquel maldito 28 de agosto de 2007 nos arrebató una gran promesa del fútbol español que hizo vibrar al feudo de Nervión en cada encuentro y que su muerte supuso un duro golpe para todos los amantes del balompié.
Antonio, aquel chaval que comenzó a dar sus primeras patadas a una pelota en la capital hispalense, tiene mucho que ver en los éxitos conseguidos por el Sevilla en los últimos once años. En 2006, año mágico para la parroquia rojiblanca, llevó al conjunto andaluz a la final de la antigua Copa de la UEFA tras anotar un auténtico golazo con su zurda al Schalke 04 en la vuelta de semifinales. La eliminatoria estaba 0-0 y fue en la prórroga cuando Puerta abrió el camino a la primera gran final de la historia del club de Nervión. El Pizjuán enloqueció con el tanto del joven futbolista y posteriormente celebró por la calles de Sevilla el ansiado título europeo, conquistado en Eindhoven ante el Middlesbrough.
Pero ahí no acabó la leyenda de Antonio Puerta. Un año después fue determinante en la consecución de la segunda Copa de la UEFA en Glasgow ante el Espanyol. El centrocampista sevillista anotó el último penalti de la tanda y el posterior fallo de Torrejón dio el trofeo al cuadro de Nervión, que también consiguió levantar ese mismo año la Copa del Rey tras derrotar en la final al Getafe de Schuster por 1-0.
El equipo y la afición vivieron grandes momentos en 2006 y 2007, el Pizjuán era una auténtica olla a presión en cada partido. Sin embargo, el destino quiso dejar con el alma en vilo a todos los presentes en el feudo sevillista (y a los que no estaban dentro de él), que vieron con sus propios ojos como el mago de Nervión se desvaneció en el terreno de juego en el encuentro correspondiente a la primera jornada de Liga de la temporada 2007/2008 ante el Getafe. La causa fue un paro cardiorrespiratorio.
Todos los que vieron esas duras imágenes en directo y por televisión respiraron al ver que el joven jugador encaminaba el túnel de vestuarios por su propio pie. Sin embargo, no sabían que dentro del corazón del Pizjuán Antonio Puerta volvería a sufrir otros cinco desmayos más. En este contexto, el jugador fue trasladado al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde permaneció ingresado a la espera de una evolución favorable.
Tras tres días en la UCI, Puerta no consiguió salir victorioso de esta batalla y, desgraciadamente, murió con tan solo 22 años. El mundo del fútbol lloró el fallecimiento de la zurda de oro, que dejó una gran imagen para el recuerdo: el abrazo entre José María del Nido y Manuel Ruiz de Lopera, entonces presidentes del Sevilla y del Betis, respectivamente. Ha pasado una década sin el dorsal 16 pero su eterna sonrisa y su magia permanecerá siempre en los corazones de aquellos que llenan las gradas del mítico estadio Ramón Sánchez Pizjuán en cada encuentro.
David Batalla Bernabeu