Cuando todavía queda un día para que se cierre el mercado de fichajes en España (este viernes, a las 00:00 horas), hay un equipo que, no ha podido fichar ahora a nadie, que ya piensa no en la ventana invernal sino en la del próximo verano. El Atlético de Madrid hace ya cábalas sobre quién sería entonces su gran fichaje, y éste no sería otro que David de Gea.
El hombre que saliera precisamente de la cantera de los rojiblancos es en quien ha pensado la cúpula deportiva del club para hacer frente a una hipotética salida el próximo verano de Oblak. Como el esloveno ha dicho, «esta temporada jugaré en el Atlético, pero la próxima no lo sé», no está muy clara su continuidad, sobre todo porque el PSG quiere hacerse con sus servicios y el 'fair play' financiero le impide ya más contrataciones este verano (tampoco colaría otra 'cesión', como la de M'bappe), y por eso nadie quiere en la entidad que les pase algo similar a lo que parece le ha ocurrido a Bartomeu con la 'imprevista' marcha de Neymar.
Aunque a lo largo de la presente campaña, y más bien pronto que tarde, la directiva rojiblanca quiere sentarse a negociar con Oblak una ampliación y mejora de su contrato, ni tan siquiera la cláusula que se le piensa poner, de 150 millones de euros, se antoja como imposible para una entidad como la francesa, a la que parece no costarle nada tirar de chequera.
Según ha podido saber este periódico de una fuente cercana a las negociaciones, desde el club rojiblanco ya se habría hecho saber a De Gea el interés por recuperarle, consciente de que el próximo verano sólo le quedaría un año más del contrato que firmó en 2015, once días después de frustrarse su contrato con el Real Madrid, y con ello al United le interesaría negociar sino querría perderlo gratis en 2019.
La otra opción
El madrileño, de momento, se ha mostrado receptivo, no ya porque su pareja, la cantante Edurne, a la que no le gusta nada Manchester, estaría encantada de su regreso a la capital de España, sino porque le sigue teniendo cariño a la entidad, pese a que su salida del mismo no fue la ideal.
Hay que recordar que en su rueda de prensa de despedida del Atlético sólo estuvo acompañado por José Luis Pérez Caminero y se empeñó en mantener la teoría de que los ingleses le habían cursado una semana antes una invitación para visitar sus instalaciones y que sólo en ese momento se había cristalizado el contrato, pese a que todas las fuentes indicaban que desde abril ya estaba hecho. Pese a todo, en sus últimas palabras indicó que «esperemos vernos en un futuro», así como que «este club siempre será grande».
Que no ha olvidado sus comienzos quedó patente también este mismo año, cuando mandó un mensaje a un compañero en la selección donde comentaba que espera que el Atlético superase la semifinal de Champions contra el Madrid. El portero del United ya había dicho antes que los del Cholo Simeone merecieron ganar, al menos, una de las dos finales que disputaron contra el Madrid.
De Gea, pese a todo, no es la única opción que baraja el Atlético en caso de la marcha de Oblak. El otro nombre marcado con letras grandes en el Wanda Metropolitano es el de Thibaut Courtois, precisamente el portero que ocupó el puesto de De Gea cuando éste se marchó del Manzanares. El belga, que sí es un héroe para la afición colchonera (David tendría que ganarse de nuevo el cariño de la hinchada, como quedó patente cuando hasta la peña que llevaba su nombre lo retiró cuando se fue), también finaliza contrato en 2019, pero en la entidad madrileña se temen que podría renovar con los blues a lo largo de la próxima temporada, sin contar que negociar con el Chelsea se antoja mucho más complicado, como bien está demostrando el caso de Diego Costa este verano.
M. S.