Desde hace una década dos hombres han copado todas las portadas. Dos futbolistas que desde que emergieron, han sido capaces de resistir al transcurso de los años y han pulverizado todos los récords. Son Cristiano Ronaldo y Messi, que se han repartido todos los galardones a nivel individual. A base de goles, regates y títulos han instaurado una hegemonía que nadie es capaz de frenar, pues en la actualidad permanecen a un elevadísimo nivel. Tal ha sido su superioridad, que les colocan ya en los primeros lugares de la historia. Se antojaba complicado que alguien amenazara su legado, pero lo cierto es que Mbappé, un chaval de 18 años, ha empezado a hacerlo.
Nadie, con tan sólo dieciocho años, había sido traspasado por semejante cifra. El traspaso del futbolista galo al PSG, avalado por la economía del club y los tiempos que atraviesa el fútbol moderno, se convirtió con 180 millones en el segundo más caro de la historia. Semejante cifra llevó a diversos clubes como el Real Madrid ha descartar su contratación por el riesgo que conllevaba. Lo cierto es que transcurridos tres meses, el francés ha demostrado que el nivel exhibido en el Mónaco no fue flor de una temporada. Está preparado para grandes cotas.
La mayor virtud de Mbappé reside en que no es un delantero centro al uso. Es rápido en la arrancada y en el sprint, y posee un gran desborde. Más allá del área también hace daño. Los números corroboran lo que se ve sobre el césped. En el Mónaco anotó 26 tantos y dio 14 asistencias. Es decir, contribuyó a 40 tantos en 44 partidos, cuando al empezar el curso aún era menor de edad. Cifras desorbitadas pese a disputar una liga inferior como la francesa.
Esta temporada, pese a permanecer a la sombra de Neymar, y del siempre buen rendimiento de Cavani, Mbappé tenía la dificultad de lidiar con la presión de su alto coste y de ser designado como el Golden Boy. Le costó entrar en escena y adaptarse a una plantilla de quilates, donde Emery cuenta con multitud de opciones en la zona ofensiva. Sin embargo, tras quedarse fuera tres partidos, encontró la senda del gol. En total suma siete tantos y seis asistencias en quince partidos, una contribución más que satisfactoria.
Su mayor despliegue ha llegado en la competición continental, con la que parece haber estrechado un fuerte vínculo. El pasado curso sumó cinco y en este ya lleva cuatro. Su asociación con los otros dos cracks ha sido un suplicio para los rivales, como bien dictan las estadísticas del PSG en Champions: cinco encuentros, cinco triunfos, 24 goles a favor y tan sólo uno en contra. Nadie antes había logrado anotar nueve tantos en sus primeros catorce partidos en Europa: el francés ha sido el primero.
Para poner en contraste los números de Mbappé basta realizar una comparación con Benzema, compatriota suyo que siempre ha mantenido una buena dinámica en esta competición. Lo cierto es que el futbolista del Real Madrid no alcanzó los nueve goles hasta cerca de cumplir los veintiún años; Mbappé lo ha hecho antes de su decimonoveno cumpleaños. Antes de cumplir los 19 años el que más tantos había anotado era Raúl (6), seguido de Bojan (4) y el propio Benzema (3).
Mbappé suma 34 goles en su escasa trayectoria. Su precocidad resulta alarmante para Ronaldo y Messi, que ven peligrar todos sus récords. Ambos han dominado en Europa y son los máximos anotadores, pero Mbappé va camino de marchitar todos sus logros. Su fichaje por el PSG no hace más que avalar la posibilidad de que esto ocurra.
Alberto Puente