Si Vicente del Bosque o Jupp Heynckes descubrieron en su día que el ganar una Liga de Campeones no es suficiente aval para seguir siendo entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane va a darse cuenta que ni tan siquiera ganando dos, y de manera consecutiva, se tiene asegurado el puesto en la Casa Blanca madrileña.
El haber hecho una de las peores primeras vueltas del campeonato liguero, cerrándola este fin de semana con una nueva derrota en casa ante el Villarreal, a 19 puntos del líder, el Barcelona (por mucho que le quede un partido menos al club merengue, ante el Leganés, eso, sobre todo hoy en día viendo cómo está el equipo, no es sinónimo de que se vaya a ganar), ha hecho que Florentino Pérez ya tenga decidido que la próxima temporada el francés no seguirá en el banquillo de Concha Espina, al menos en el del equipo local.
A 'Zizou' sólo le podría dar crédito para seguir el hacer el más difícil todavía, ganar la tercera Liga de Campeones consecutiva, pero a día de hoy ni la afición, muy desanimada después de lo del sábado y de cómo ve a muchos de sus jugadores, ni la directiva cree que su querido club esté en condiciones de poder eliminar entre febrero y marzo al PSG de Emery, por mucho que, según éste, se esté intentando desestabilizar a su equipo con los cantos de sirena que salen precisamente desde el Paseo de la Castellana sobre el deseo del presidente madridista de fichar a Neymar a final de curso.
La llamada 'flor de Zidane', que le permitió ganar su primera Champions como entrenador al Atlético de Madrid casi sobre la bocina, parece haberse marchitado. Claro que allí, en Lisboa, un minuto antes de que Sergio Ramos marcara en el descuento el gol que llevaba al equipo a la prórroga, ya estaba destituido y se salvó. El gol del de Camas, que fue el que realmente dio ese título al Real, le salvó la cabeza al galo, después de un final de liga tan decepcionante como ahora ha sido la primera vuelta del actual campeonato.
Eliminar a los parisinos podría servirle para continuar, ya que la moral que tendría el equipo después de haber echado al gran favorito de la competición, podría darles alas para volver a plantarse en la final y ganarla, dándole de nuevo visos de continuidad al proyecto de Zidane en Madrid.
Como a día de hoy eso es casi un milagro, en el club ya se piensa en el futuro sin el galo en el banquillo y Florentino Pérez, que al final es quien decide en esa institución quién entra y quién sale de la misma, parece contar solo con dos nombres para reemplazarle, Joaquin Low y Mauricio Pochettino.
El actual seleccionador alemán siempre ha sido una de las debilidades del presidente madridista, que no sólo le ve como un gran técnico sino como un hombre educado y culto, virtudes que él valora como las que más. Entre las virtudes deportivas no sólo está el hecho de haber hecho campeona del mundo a Alemania sino el haber sabido rejuvenecer al equipo teutón dotándole de una forma de juego hasta ahora desconocida en aquel país, y más cercana al estilo de Guardiola, el técnico que sabe que nunca podrá tener.
A favor del argentino está su reciente enfrentamiento con el Tottenham, que dio sendos repasos al Real Madrid, tanto en Londres como en Madrid, su tranquilidad también en el banquillo y, cómo no, el hecho de conocer ya la Liga española, por lo que no tendría que pasar ningún proceso de adaptación. Y, claro está que, como en el caso del alemán, estaría encantado de recalar en Concha Espina.
Zidane sabe que la Liga es ya una utopía, y que ganar la Copa del Rey no le garantizará su continuidad. Ésta sólo pasa por hacerse de nuevo con la Liga de Campeones, aunque de peores ha salido, tanto él como la institución.
M. Santayana