El momento para enfrentarse al Barcelona no era el más propicio para el Valencia. Tras una derrota abultada ante el Real Madrid, y antes de una comprometida visita al Wanda Metropolitano para sostener una zona Champions amenazada por su eterno rival, el Villareal. Para colmo, un puñado de bajas. Garay y Murillo en defensa, y las más importantes, las de Kondogbia y Guedes. Marcelino, en rueda de prensa, comentó que no era un motivo para excusarse. En cambio, sobre el césped, modificó su esquema para subsanar estos inconvenientes.
El Valencia juntó dos claras líneas de cuatro cerca de su área, con Rodrigo y Vietto como únicos hombres liberados. Los visitantes no lograron sacar el balón con facilidad, fruto de la alta presión del Barcelona, que robó rápido tras pérdida. Aguantar el esférico también fue un quebradero de cabeza para los de Marcelino, que apenas tuvieron un 20% de la posesión de balón. Por suerte para ellos, y aunque suene raro, el Barcelona no supo qué hacer con semejante posesión. Sin ideas en zona de tres cuartos de campo, los pupilos de Valverde cerraron la primera mitad sin un sólo disparo a puerta, pese a que el dominio y las llegadas fueron suyas.
Los contratiempos siguieron para Marcelino, que se vio obligado a retirar a Pereira, con molestias tras un golpe, y dio entrada a Maksimovic, que no anduvo fino. No obstante, en apenas seis minutos, el Valencia exhibió más fútbol que en toda la primera mitad. Parejo entró en contacto con la pelota y emergieron las ocasiones, que pudieron haber sido más certeras si los blanquinegros no hubieran estado excesivamente erráticos en el último paso, después de elaborar las jugadas en apenas tres pases.
Ese auge del equipo ché se desvaneció rápido y tocó su fin con una genialidad de Leo Messi. El argentino recibió en el área y apuró hasta la línea de fondo, a escasos metros de la portería. Atrajo la atención de toda la defensa, y cuando todo abocaba al fin de la jugada, levantó el esférico por encima de todos hacia la cabeza de Luis Suárez. El uruguayo, que no tiende a fallar en esa zona, logró el tanto para la euforia de un Camp Nou que apenas superó la media entrada en una noche de lluvia.
En el tramo final Marcelino movió el banquillo con la entrada de Ferrán Torres y Santi Mina, pero ninguno logró generar excesivo peligro. Valverde, con Coutinho y Paulinho, se aseguró el control. Messi, de falta y desde la frontal, fue el único que sembró algo más de temor sobre la portería de Domenech. Al final, triunfo por la mínima del Barcelona ante un mermado Valencia que llega vivo a Mestalla.
Alberto Puente