La nueva generación de la Clase E viene dispuesta a dejar obsoletas a todas las anteriores. Según Mercedes es el mejor E jamás construido (lo cual es lógico) y el más fiable mecánicamente, pero sobretodo el mas seguro. Además dentro de su clasicismo tradicional, es un compendio de tecnología.
Que uno de los pilares del éxito de Mercedes es su estética tradicional, está fuera de toda duda. Pero que la fábrica de Stugart posee la tecnología más avanzada tampoco. Esta fusión de tecnología punta y tradición seguramente es la clave de su éxito, sin olvidar la aureola de fiabilidad y distinción que envuelve a todo Mercedes.
Exteriormente el nuevo E ha visto corregido y aumentado su empaque y su planta de coche señorial, con ligeros toques de modernidad, que es lo que espera su público más incondicional.
El interior tampoco desentona con el clasicismo exterior, continuando con el buen gusto al que nos tiene acostumbrados Mercedes, la tónica general es la seriedad y una agradable sensación de calidad y robustez, raramente alcanzada por ningún otro automóvil de su clase. Las últimas modificaciones le dan un toque de dinamismo, sin perder nada de su refinamiento, que resulta indispensable para satisfacer a los clientes de Mercedes.
El espacio interior no plantea problemas en las plazas delanteras, lógicamente las traseras están reservadas exclusivamente a dos ocupantes, por el abultado túnel de la transmisión que exige la tracción posterior, no porque falte espacio en ningún sentido, pudiéndose alojar tres pasajeros de estatura normal, a los que únicamente puede incomodar el citado túnel.
Técnica:
En los tiempos de recesión y fundamentalismo ecológico que corren, la versión diesel 250 cdi quizás sea la más lógica. Por que aúna un precio de compra relativamente asequible, con unas prestaciones muy buenas y un consumo de carburante realmente reducido.
La motorización, está encomendada a un bloque de cuatro cilindros y casi 2200 c/c, que rinde 204 cv a 4000 rpm, con un descomunal par máximo de 500 Nm a 1600 rpm, que sin duda es el responsable directo del buen empuje del motor y de su consumo moderado. Por si fuera poco las emisiones de Co2 son realmente ridículas, solo 139 gr por kilometro, más o menos lo que un propulsor diesel de otras marcas con sesenta o setenta caballos menos.
La familia E, se compone de tres motorizaciones de gasolina, de seis y ocho cilindros, con potencias comprendidas entre los 292 cv del E 350 CGI y los 525 cv del E 63 AMG de ocho cilindros en V. De momento las motorizaciones diesel están limitadas a un propulsor de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada con diferentes potencias y a un seis cilindros en V de 231 cv y tres litros, que realmente solo aporta más suavidad y un nivel sonoro inferior.
Como es norma en Mercedes, recurre a ir incrementando la potencia del propulsor sin aumentar la cilindrada, aunque si van creciendo las cifras de denominación. Por ejemplo un 200 CDI, 220 CDI y 250 CDI tienen casi la misma cilindrada, pero la potencia pasa de 136 CV, en el 200 CDI a 170 CV en el 220 CDI y 204 cv en el 250 CDI. Que ya monta un bloque diferente, aunque de prácticamente del mismo cubicaje
La caja de cambios es de seis velocidades manual, o automática de cinco. El modelo probado montaba la versión automática, con un funcionamiento muy suave y suficientemente rápido sin tener que recurrir a las levas situadas tras el volante, que de todas maneras agilizan mucho el paso entre las distintas relaciones, sobre todo al reducir.
El propulsor de 204 cv, mueve con mucha soltura los mil ochocientos kilos del Clase E, resultando suficientes para realizar una conducción ágil, e incluso bastante alegre.
En carreteras de montaña, a pesar de sus dimensiones no resulta en absoluto torpe moviéndose con agilidad: en curvas cerradas muestra un aplomo excelente y una gran facilidad para inscribirse en los virajes, fruto de su buen equilibrio general y de la tracción trasera, que siempre pone una acentuada nota de efectividad y diversión en este tipo de terreno, además el control de estabilidad, solo entra en acción cuando es absolutamente necesario. Otro punto positivo es la elevada motricidad con la que cuenta, ello se pone de manifiesto a la salida de las curvas cerradas, donde el tren trasero no tiende a perder adherencia con facilidad, como ocurre con algunos tracción delantera de su potencia, que en estas situaciones experimentan fuertes reacciones en la dirección fruto de las pérdidas de motricidad.
Pero aunque no desdeña la conducción decidida en tramos virados, se encuentra más a gusto en carreteras con buen firme y trazado suave, donde ofrece una muy buena sensación de control incluso rodando muy deprisa, las curvas amplias pueden ser abordadas sin el más mínimo reparo a casi cualquier velocidad, con la seguridad de que el afinado bastidor no perderá la compostura y que por donde pasa el tren delantero lo hará el trasero.
El tarado de los muelles no es duro pero si firme, pero consigue filtrar a la perfección las irregularidades del asfalto. Los posibles movimientos parásitos de la carrocería se ven rápidamente atajados por una amortiguación eficaz, pero que casi no afecta el confort,
Mercedes ha dotado al nuevo Clase E de todos los avances tecnológicos del momento, aunque algunos hay que pagarlos a parte; pero su líneas maestras siguen siendo las mismas, con ligeros retoques, pero tan sobrias como siempre.
No teman los amantes de la marca. Mercedes no cambiara nunca su filosofía de fabricar automóviles, puede comercializar algunos modelos futuristas, pero los pilares de su economía, como son los modelos C, E y S. por suerte no cambiaran. Texto y Fotos E.URECH