La innegable belleza y clase de sus productos, y de la protección del gobierno Italiano, que con muy bien criterio, ha querido conservar una parte tan importante de la historia de Italia como es el automóvil, y por tanto la fabrica Maserati.
Maserati por su parte ha correspondido a esta gentileza, fabricando unos de los automóviles más bellos del mundo, entre los que se encuentra el Quattroporte.
Pero como en este mundo todo se moderniza cada vez a más velocidad, tambien le ha llegado el turno al señorial Quattroporte, aunque hace pocos años que se estreno su quinta generación.
El formidable armazón del Quattroporte, con sus más de cinco metros de longitud, incluso ha aumentado ligeramente su tamaño, resultando sin duda la más bella y equilibrada de todas las que han vestido a los Quattroporte.
Las proporciones son perfectas, ni demasiado capot ni una trasera desproporcionada, cada uno de sus volúmenes encaja a la perfección con todos los demás, ofreciendo un conjunto perfecto y tremendamente armonioso, con un cierto aire deportivo, a pesar de sus proporciones, que se han visto incrementadas por su rediseñado frontal y una zaga diferente, mas voluminosa y agresiva.
Del interior solo se puede decir, que sigue fielmente las pautas de la carrocería, conservando el mismo aire retro pero con algunos detalles modernos y lujosos que nunca faltan en ningún Maserati,
Por si el equipo normal no resulta suficiente rico, Maserati pone a disposición de sus clientes un programa de personalización, que permite configurar al Quattroporte a su gusto; pudiendo incluso diseñar el tono de la pintura o el hilo con el que se cosa la tapicería, para que pegue según los gustos de cada cual con los tonos del cuero interior.
Todo el habitáculo esta revestido de materiales de excelente calidad, principalmente de cuero, madera y tejido Alcántara, del que esta forrado todo el techo y algunas partes de los paneles de las puertas. El salpicadero esta guarnecido de la misma piel que los asientos, dando una calidez al habitáculo superlativa.
La motorización esta encomendada, como en otros automóviles de la marca a un V8 a 90º de cilindrada relativamente contenida, aunque en la nueva versión S llega hasta los 4.700 cc que son necesarios para alcanzar los 430 cv con los que cuenta, aun así sigue siendo capaz de girar a siete mil vueltas sin inmutarse.
Tampoco se ha descuidado la colocación del propulsor en el chasis, siendo su ubicación central delantera, lo que habitualmente suele estar reservado a modelos más deportivos, como a sus mismos hermanos de marca los GT.
Esta ubicación del propulsor es esencial para el excelente reparto de peso del Quattroporte de 49/51º, al mas puro estilo de los mejores deportivos de antaño. El propulsor ofrece 430 caballos, aunque no hace falta exprimir mucho la mecánica, para experimentar una sensación de poderío muy acusada, lo cual no es de extrañar visto que el par motor comienza a aflorar a pocas revoluciones, contando con el 75% de los 490 Nm con que cuenta a solo 2.500 vueltas.
La caja de cambios automática de convertidor de par, esta firmada por los alemanes de ZF, lo que es una excelente garantía de longevidad.
Ofrece un funcionamiento impecable, sin tirones, que puedan molestar a los pasajeros, incluso aunque pisemos a fondo el acelerador provocando una reducción muy rápida; aun en estas momentos no resulta incomodo, ni excesivamente brusco. En estas circunstancias, en las que necesitamos que el cambio baje dos o tres marchas de forma instantánea, su respuesta es inmediata, casi tan veloz como un cambio pilotado, pero notablemente más suave.
Otra particularidad, es la capacidad de interpretar en cierta medida, el tipo de conducción que estamos realizando en este momento. Al circular por una carretera de montaña a un ritmo vivo, con frecuentes cambios de desnivel y velocidad, la caja tiende a conservar la marcha engranada, sin pasar a relaciones superiores al retener, al mismo tiempo si colocamos el selector en posición Sport, al retirar el pie del acelerador, va reduciendo marchas para conservar un buen poder de aceleración, cuando sea necesario.
Aunque claro esta tambien ofrece la posibilidad de ser manejada manualmente, mediante unos selectores situados tras el volante.
Tambien sus frenos llevan el nombre de otro especialista en la materia, esta vez Brembo, con lo que poco mas se puede decir. Los discos están construidos con un sándwich aluminio-acero, lo que permite un peso inferior, y tambien una capacidad de evacuación del calor, muy superior a los fabricados solo de acero, las pinzas son de seis pistones.
La seguridad activa, ha evolucionado hasta el más alto nivel, contando un sistema de control de estabilidad, tarado especialmente para poder efectuar una conducción decidida, sin que intervenga constantemente y por supuesto un ABS, que solo actúa in extremis.
La seguridad pasiva, esta avalada a una carrocería fabricada en gran porcentaje con acero de alta resistencia, en la que van montados sendos subchasis realizados en aluminio, en los que se asientan unas suspensiones fabricadas tambien en aleación ligera.
Ambos trenes cuentan con dobles trapecios y amortiguadores que varían constantemente sus leyes de trabajo, en función de los datos enviados por una centralita, adaptándose en un instante al tipo de carretera por la que transitamos, un conmutador permite seleccionar manualmente entre dos posiciones, sport o normal.
En la carretera, llama la atención la sensación de conducir un automóvil de dimensiones inferiores, dada la agilidad con que se mueve en las curvas. La respuesta ante los cambios de apoyo es muy rápida, si tenemos en cuenta que vamos conduciendo una maquina de dos toneladas en orden de marcha.
Los frenos conservan en todo momento una potencia y un mordiente, que no desfallece ante las peores situaciones. En autopista, se pueden mantener cruceros altísimos con la tranquilidad de que no perderá la compostura fácilmente, ante ningún imprevisto.
La nueva serie S del Quattroporte, con todas las modificaciones que ha recibido, se encuentra perfectamente preparada para competir con su único y mas peligroso competidor, el Porsche Panamera, que prácticamente es su único oponente.