García, Vidales, Bataller, Gómez, López, Pescador… No levantan muchos palmos del suelo pero tampoco levantan un dedo las ruedas de su kart de la pista. Los monos reflejan a sus ídolos, mucho rojo, un azul oscuro con toros rojos, el viejo azul desvaído de aquel Renault. Y los andares: “Son pilotos”, explica el manager de un equipo, “y los pilotos solo saben jugar a ganar”. Aunque tengan 11, 12 o 16 años. El kart, la cantera del automovilismo de competición, juntó cerca de 100 de estos niños purasangres de la velocidad este fin de semana en el circuito de Recas (Toledo), para la segunda prueba del Campeonato de España.
Al igual que el tenis junta raquetas de todo el mundo en territorio nacional para descubrir cuál es el secreto de la Armada, el automovilismo y la velocidad y el éxito de los pilotos españoles congrega a chicos de varias nacionalidades en pruebas como esta de Recas o el Campeonato de España de Velocidad de motociclismo. El mono a medio bajar, una camiseta de Guns N’ Roses, corto pelo rubio, manos grandes, se encaja en un kart de la máxima categoría (Kz2, con marchas), Misha, el piloto de la República de Tartastán.
“Me gusta la velocidad, competir, los adelantamientos”, explica en inglés el joven piloto del equipo RBRE, uno de los punteros de esta temporada, con cinco pilotos en el campeonato, entre la categoría alevín, los más jóvenes y la Kz2. Un trailer y un toldo dan cobertura a un compendio de diminutos karts, mecánicos, ayudantes y familias. Dentro, a la sombra, con una concentración sorprendente los pequeños pilotos.
¿Qué hace un chico natural de la ciudad tártara de Haberezhnye Chelny en Recas? Correr, probar dureza de neumáticos, del chasis, punto del motor. Y alimentar un sueño, sorprendente. Misha mira, por supuesto, a la Fórmula 1. Pero no como piloto, sino “como ingeniero”. En Sitges, donde la familia ha echado raíces, Misha estudia –“y mucho”, asegura– y ha encontrado nuevo gran amigo, Alejandro, que rivaliza con los de la vieja Rusia. O sea, como cualquier chaval.
Chavales, y muy jóvenes, son los que revolotean por el árido circuito toledano. David Vidales, la gran estrella de los cadetes, con una sonrisa llena de dientes recién salidos, corretea con sus amigos de circuito en busca de helados. El joven José Antonio Gómez, también del RBRE, pugna con entusiasmo porque se pueda conectar la videoconsola en la zona de sombra, para retar a una partida de zombies a su amigo piloto Jorge Sánchez. Miradas de niños que se tornan en afiladas mediciones, reflejos y concentración absoluta cuando llega el momento de subirse al kart, de empezar un entrenamiento libre o de competir.
No hay miedo, el freno se pisa lo justo, hay un cuchillo entre los dientes a la hora de tomar la angosta primera curva. “Como en los mayores, el peor enemigo es el que tienes en tu mismo taller, al lado tuyo, con el que juegas a la play”, continúa el veterano manager, curtido en el Mundial de Motociclismo. ¿Mucha diferencia? “Al final todo es lo mismo: ganar. Gestionar egos, gestionar recursos”.
Para que haya resultados tiene que haber trabajo. Esta competición puede ser infantil, pero nadie se la toma como un juego. Motoristas que hacen los ingenios casi artesanamente, mecánicos de experiencia, telemetrías y neumáticos de competición. Una inversión seria de familias en pos del sueño de su hijo, que acaba redundando en dar lustre al automovilismo español. Siempre, la referencia de Fernando Alonso, paradigma del niño que se bregó en los karts, del talento puro metido en el asiento de plástico y el cochecillo sin suspensiones. “Eso era presión –explica Fernando Sánchez, padre de un piloto–, cuando sabía que estaba corriendo con el dinero de la familia, n ahora que gana millonadas en Ferrari”. Presión que los niños metabolizan con juegos, correteos y consolas, hasta que llega el momento de competir. “Si la cosa no le ha salido bien, mejor no acercarse, el más exigente es él mismo, sabe cuándo no ha dado la talla”, explica José Hernández, padre de otro piloto.
Calor, gasolina, goma quemada, manos con grasa, cascos relucientes. De lugares áridos, en plena Macha, calurosos, polvorientos a veces, como Recas, sale la excelencia, el relumbrón de la élite que representan pilotos como Fernando Alonso, Marc Gené o el joven Carlos Sainz. Aunque ahora, de paragüeras, tengan que hacer las madres, que llevan con encomiable dignidad los nervios que les aprietan el estómago.
La fama tiene un precio. A veces alto, que se empieza a pagar sin aplazamientos, en esta emocionante categoría.
Resultados de la segunda prueba del Campeonato de España de karting
Alevín Carrera 1
1º- Iván Bataller
2º- Urbeltz Moar
3º- Javier Belman
4º- Antonio Garay
5º- Hugo López de Miguel
Alevín Carrera 2
1º- Urbeltz Moar
2º- Iván Bataller
3º- Javier Belman
4º- Hugo López de Miguel
5º- José Gómez
Cadete Carrera 1
1º- David Vidales
2º- Genis Cívico
3º- Adrián Herrando
4º- Rubén Moya
5º- Daniel Macia
Cadete Carrera 2
1º- David Vidales
2º- Daniel Macia
3º- Rubén Sabater
4º- Kilian Meyer
5º- Enric Bordas
KFJ Carrera 1
1º- Eliseo Martínez
2º- Lluc Ibáñez
3º- Marta García
4º- Antonio Villaescusa
5º- Xavier Lloveras
KFJ Carrera 2
1º- Marta García
2º- Xavier Lloveras
3º- Alejandro Lahoz
4º- Eliseo Martínez
5º- Lluc Ibáñez
KZ2 Carrera1
1º- Jorge Carlos Pescador
2º- Javier Cobian
3º- Jon Tanko
4º- Henrique Chaves
5º- Pedro Hiltbrand
KZ2 Carrera 2
1º- Pedro Hiltbrand
2º- Javier Cobian
3º- Henrique Chaves
4º- Jorge Carlos Pescador
5º- José Luis Sierra
Parilla Cup X30 Carrera 1
1º- Miguel Noval
2º- Eduardo García
3º- José Loro
4º- Miquel Socias
5º- Iván Martínez
Parilla Cup X30 Carrera 2
1º- Miguel Noval
2º- Bruno Serrador
3º- Laia Fontecha
4º- Eduardo García
5º- Mario Asenjo