En 2014, Mercedes se impuso en el campeonato de Fórmula 1 con un dominio sin muchos precedentes. Las flechas plateadas marcaron la pole en 18 de los 19 grandes premios del año y se impusieron en 16 de las 19 carreras. Además, lograron el récord de kilómetros en cabeza a lo largo de un campeonato y el de dobletes, ya que sus dos pilotos fueron los dos primeros en once ocasiones.
Asimismo, su coche gozó de una fiabilidad que unida a las dudas que ofrecieron sus rivales empujaron a creer en un una amplia era de triunfos para la escudería alemana. De hecho, Ferrari, McLaren, Redbull y el resto de equipos reconocen que será muy difícil alcanzar las prestaciones de los actuales campeones a principios de año y sueñan con poderle disputar alguna carrara en el final de 2015.
Mercedes es superior a día de hoy, pero los coches todavía no han echado a rodar y nunca conviene vender el oso antes de cazarlo. Nadie esperaba el año pasado que Red Bull no fuese a estar arriba, pese a que el cambio de normativa hacía todo más imprevisible, y pocos fueron capaces de prever el triunfo de Brawn en el año 2009. Si la Fórmula 1 todavía sigue viva es posible que un avance técnico lo revolucione todo y ponga patas arriba a la parrilla, aunque no tenga pinta de suceder nada novedoso.
Los test comenzarán en la primera semana de febrero y allí ya se podrán sacar conclusiones algo más realistas. No obstante, Mercedes tiene todas consigo, aunque no debería decirlo en voz alta para que nadie se lo recuerde en caso de que se consume el desastre a final de año. Sin embargo, Nico Rosberg ha sido incapaz de morderse la lengua en sus últimas declaraciones.
«Soy totalmente optimista y creo que será un duelo entre Lewis y yo», dijo el actual subcampeón. Además, coloco a Williams y a Redbull como sus dos principales rivales, aunque todavía muy alejados. Ferrari y McLaren están a años luz para el conductor alemán.
«No quiero parecer arrogante pero si me quedo con los resultados de 2014, puedo arriesgarlo todo y decir que Ferrari no será un desafío aunque uno no debería dar nada por hecho y descartarlos. Sebastian verá mis luces traseras en muchas ocasiones», dijo un piloto envalentonado, que intentó ser políticamente correcto, pero no le salió.
Sin embargo, su jefe, Toto Wolff, había sido hasta ahora mucho más prudente en sus declaraciones. Comentó que las distancias no serían las del año pasado, pero en los últimos días también dejo entrever una confianza absoluta del equipo en que volverán a ser campeones.
De hecho, Mercedes se permite el lujo de pensar más en lo que va a suceder dentro de un año que en la temporada que va a comenzar. «Hay una estrategia más a largo plazo, que es prepararnos para 2016. Estamos trabajando como estaba previsto para este año, validando algunas ideas que probaremos para el próximo, digamos que en septiembre, con el objetivo de afrontar el 2016 con grandes mejoras en el bolsillo. ¡Eso nos da mucha más flexibilidad!», conto el mandamás de Mercedes a L’Equipe.
Además, la escudería alemana cree que hasta el nuevo reglamento se lo pondrá más fácil. «A primera vista, podríamos pensar que esta laguna reglamentaria favorece a Renault y Ferrari. Pensándolo bien, nos permite mantener nuestra ventaja. En realidad, supondrá un gran beneficio», explicó Wolff.
Ferrari mantiene la calma
Mientras tanto, en Ferrari no se dan por aludidos y siguen trabajando tranquilamente, puesto que prefieren ponerse en el peor de los escenarios para que todo lo que venga sea positivo en 2015. Se mudarán a una nueva sede vanguardista cuando los primeros test del año hayan terminado, pero tampoco pueden disimular que tienen la vista puesta en años posteriores.
El jefe de equipo, Maurizio Arrivabene, empieza a presionar a la organización para cambios importantes que puedan favorecer los intereses del ‘cavallino rampante’. “Creo que hace falta una verdadera revolución, con cambios significantes y radicales. Con esto me refiero a más potencia, velocidades más altas, sin necesidad de tener que utilizar más combustible, pero sin duda solicitando un reducción del coste de todos aquellos componentes que sean de menor interés para el publico en general”, contó el directivo que dijo ponerse de parte de los aficionados.
Por último, Arrivabene demostró que su equipo piensa todavía más a largo plazo que Mercedes. “De cara a 2017, me gustaría ver unos coches que ganen aficionados, que los coches puedan estar más cerca de ellos y que tengan un aspecto estético más atractivo, tal vez produciendo un ruido que te obligue a quedarte de pie hasta el final como si estuviera tocando una banda de 'heavy metal', concluyó.