El día señalado en el calendario llegó. De camino a buscarlo tengo que admitir que me puse un poco nervioso, aunque esa sensación aumentó cuando lo vi. Sin lugar a dudas, el GLC Coupe es un coche que impone.
Desde el primer momento tenía claro que esta variante del GLC iba a estar a la altura, y no solo por sus dimensiones.
La primera impresión que da, es la de un SUV que quita el hipo. Mide 4,7 metros de largo, 1,9 de ancho y pesa 1845 kg. Con esas medidas es imposible pasar desapercibido y de ello quedó constancia durante los días que he podido disfrutar de él. No solo atraía múltiples miradas, sino que incluso varias personas se acercaron para preguntarme que coche era y poder verlo más de cerca.
Siguiendo con su estética, el primer detalle que capta muchas miradas es su techo descendente, el cual lo convierte en Coupe aunque cuente con la altura de un todocamino.
En la parte delantera destaca su gran parilla con detalles cromados y en la que se sitúa una de las cámaras de las que consta el asistente de aparcamiento. Cuenta con un musculoso paragolpes con grandes entradas de aire, en los laterales de éste, se encuentran incorporadas dos cámaras más.
Respecto a la parte trasera, destaca también otro llamativo paragolpes y una luneta en la que ha sido eliminado el limpiaparabrisas. Al activar la marcha atrás, el logo de mercedes queda parcialmente inclinado dejando asomar la cámara de visión trasera.
Un interior de los que enamoran.
Es lo que pienso nada más montarme: definiría el interior como muy elegante a la par que acogedor. Es muy espacioso y con cada milímetro cuidado al detalle. Tratándose de Mercedes, sin duda uno de los detalles que más mima es la comodidad de sus ocupantes y ello queda patente en la exquisita confortabilidad de los asientos. Cuentan con infinidad de posiciones que podemos ajustar eléctricamente y pueden estar ventilados o calefactados. Otro de los aspectos que hacen énfasis en su comodidad es el gran nivel de insonoridad que han logrado en él.
Tras empezar a situar cual es la aplicación de los botones y palancas, considero que se podría mejorar su distribución ya que en la izquierda están situadas las encargadas de luces, intermitentes, limpiaparabrisas, limitador de velocidad y control de crucero, mientras que en la derecha solo hay una: la del cambio de marchas automático.
Justo a la derecha del volante está situada la consola central, toda en negro brillante y con una gran pantalla de 8,3 pulgadas, desde la que se puede configurar todos los apartados del vehículo. Su uso es muy intuitivo y rápido. Desde esta misma también se puede elegir entre los 5 modos de conducción que dispone: Eco, Comfort, Sport, Sport+ e individual.
Pasando a la parte posterior, es notable el gran espacio del GLC Coupe a pesar de su descendente techo, algo que puede preocupar a los ocupantes más altos y es que a partir de los 180 centímetros, se hace incómodo estar en las plazas traseras sobretodo en trayectos largos. Sin embargo y no menos importante, el acabado está a la misma altura que en la parte delantera.
El maletero es la parte que más me defraudó y es donde su línea Coupe ha castigado más al Mercedes-Benz GLC.
La capacidad de carga de la que se dispone es de 500 litros, ampliables hasta los 1400 litros si se abaten los asientos traseros.
Motor y comportamiento
La unidad de la que he dispuesto para probar era la denominada 250 d 4MATIC, equipada con un motor diésel de 2.200 cc y 204 CV. A priori puede parecer poca potencia para mover sus 1800 kg. Pero a este motor hay que sumarle una caja de cambios automática 9G-Tronic de 9 velocidades, capaz de impulsarlo hasta los 222 km/h y marcar un 0-100 km/h en tan solo 7,3 segundos.
Lo cierto es que a pesar de creer que las prestaciones no serían suficientes para su tamaño, cuando me puse al volante… ¡quedé gratamente sorprendido!
Una vez en marcha es capaz de adentrarse en cualquier territorio. Por autovía es un coche que da gusto llevar, gracias al conjunto del motor y la caja de cambios tiene unas recuperaciones muy rápidas pero nada bruscas. Se trata de un SUV con el que podemos recorrer largos trayectos sin que el viaje se nos haga largo o pesado.
También es capaz de plantar cara a las carreteras más exigentes de montaña, en las que sin duda el modo Sport+ será nuestro mejor aliado, teniendo una rápida respuesta del acelerador que nos permitirá subir las cuestas sin problemas y enlazar una curva tras otra. Con él también podremos salirnos del asfalto y atrevernos con cualquier camino de tierra, donde es necesario destacar que sus aptitudes sorprenden gratamente.
El consumo medio durante la prueba ha sido de 6,1 litros, teniendo en cuenta el tamaño del GLC Coupe, es un consumo muy aceptable.
Conclusión
Aunque los SUV nunca me han convencido personalmente, tengo que decir que este modelo de Mercedes me ha cautivado y la marca de la estrella ha logrado una vez más, fabricar un gran vehículo en todos los sentidos.
Desde el primer momento sorprenden sus acabados cuidados al milímetro. Es necesario destacar que no se trata de un deportivo aunque sus líneas puedan dar a entender lo contrario.
Es un coche que gusta y atrae miradas por donde pasa, durante los días que lo he disfrutado he tenido anécdotas varias: desde bajar al garaje y ver a los vecinos mirándolo, hasta llegar a un centro comercial, y que el encargado de seguridad bajase solo y exclusivamente a verlo. Siendo francos, esto es algo que te saca una sonrisa y ayuda a que te enamores aún más del Mercedes Benz GLC Coupe.
Circulando con él me sentí cómodo en todo momento. Es un vehículo imparable en cualquier terreno, cosa de admirar, ya que el motor puede parecer pequeño para el peso del coche. Me ha sorprendido la rápida respuesta que tiene y lo fácil que es tener la potencia necesaria en cualquier momento con solo dar un poco de gas, todo esto con unos consumos medios que en ningún momento han superado los 8 litros. Personalmente, el único inconveniente que le encuentro es la capacidad de su maletero y es que dispone de la misma capacidad que cualquier utilitario y en algunos casos incluso menos, como es el caso del Fiat Tipo, que dispone de 520 litros de carga frente a los 500 litros del GLC Coupe, pero siendo francos, ¿quién se compra este coche por el maletero?
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Stiwie Lopez