La pretemporada de Fórmula 1 arrancará a finales de febrero en Barcelona, pero aun sin saltar los pilotos al asfalto, empiezan a vislumbrarse las posibilidades de las diferentes escuderías. Red Bull se erige como el principal candidato a desbancar a Mercedes de la cúspide, después del salto que aguarda tanto en la unidad de potencia que le brinda Renault, como en el chasis, donde ya están al frente. La alineación de dos aspirantes al título como Ricciardo y Verstappen, es uno de los mayores avales de cara al Mundial de Constructores.
El cambio de normativa que se producirá la siguiente temporada permitirá un baile de posiciones en la parrilla respecto al último curso. Pese a ello, la pugna de escuderías como Force India, Renault, Williams o McLaren-Honda parece reservarse al cuarto puesto. Sólo hay tres equipos que aspiran a la cima: Mercedes, Red Bull y Ferrari. Totto Wolf, aún en negociaciones con Bottas, es consciente del paso al frente que preparan los austriacos, obsesionados con recuperar esos años de gloria no tan lejanos.
En Red Bull se respira optimismo. Y tienen motivos para ello, pese a que desconocen si la distancia con Mercedes se ha visto reducida. La principal clave a la que se aferran es al motor Renault. Ese mismo que en 2015 les tuvo en vilo, del que intentaron por todos los medios deshacerse, y que finalmente les ha acompañado por la falta de acuerdo con Honda, una asociación que sí podría fructificar en un futuro próximo.
Christian Horner ha señalado recientemente que el importante progreso que se ha producido el último curso se ha debido a las sucesivas presiones a las que han sometido a Renault. Al fin, los resultados parecen haber llegado. Los franceses fueron los que mejor utilizaron los tokens el pasado curso, y sin restricción alguna podrían equipararse a Mercedes. El proyecto ambicioso de Renault, que quiere pelar por el Mundial en 2020, beneficia de forma indirecta a Red Bull en sus aspiraciones más inmediatas.
La segunda baza reside en el chasis. A principios de año Horner advirtió de que era “el mejor que ha construido jamás Red Bull”. Se ha notado esta temporada en los circuitos donde primaba el paso por curva, como Silverstone y Hungría. En el segundo escenario citado Verstappen logró una meritoria segunda plaza, perfecta para añadir a las vitrinas de la escudería, que obtuvo dos triunfos en toda la temporada. Resultados que sin duda hicieron evidente su consolidación como primera alternativa, más tras rendir por encima de lo esperado en calificación.
Si se aúnan, como está previsto, las evoluciones en motor y chasis, no hay dudas de que Red Bull cuestionará el liderato del conjunto alemán. El propio Ricciardo se atrevió a decir recientemente que “Mercedes ahora mismo no es el mejor lugar”. Pero lo que más al alcance tiene el conjunto austríaco es el Mundial de constructores. Actualmente el único equipo que cuenta con dos aspirantes al título en sus filas. Una fórmula que siempre garantiza resultados. Y en cuanto a los problemas entre los dos protagonistas, ambos han hecho público que las diferencias han quedado apartadas.
Mercedes teme que su salto no sea tan cuantioso, y ha advertido en sucesivas ocasiones del peligro Red Bull. Por detrás también está la estela de Ferrari, aunque no hay mucha confianza entre los hombres de Maranello, que esperan jugar un rol similar al que han tenido este mismo curso: aguardar problemas en el rival y arañar algunos podios para mantener el prestigio de una escudería que se ha venido a menos en los últimos tiempos.
Alberto Puente